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Estoy embarazada de él...

La frase corre por mi mente como un maldito eco.

Meera, mi hermana mayor, está embarazada de mi novio. Espera un hijo de él... Al igual que yo.

Y no se siente bien.

No se siente en realidad.

El pecho me duele, me duele tanto que no puedo respirar, pero las lágrimas se niegan a salir de mis ojos. No siento ganas de llorar, ni de gritar, ni de hacer nada que no sea mirar un punto en específico.

Las horas están pasando en automático para mí, no me entero de nada, no le prestó atención a nada, solo abrazo el cojín y miro hacia la pantalla de la sala. Que negro tan intenso y tan vacío de vida...

¿Yo estoy vacía de vida? ¿Mi vida realmente está tan jodida como no pude ver hasta hoy?

Ruggero...

Desearía saber dónde está ahora, porque lo único que recuerdo antes de que mamá me sacara de la habitación es que Nicolás quería arreglar cuentas con él. Y que papá le echó de casa.

Y luego mi teléfono no paró de sonar...

Y luego la obstrucción en mi pecho llegó y no se quiere ir.

—Habla ya, Meera. ¡Y no te atrevas a mentir!

El grito de mi mamá me trae de regreso a la realidad, mi mirada recorre toda la habitación hasta dar con mi hermana, ella comienza a llorar como una desquiciada. Nicolás, frente a ella, solo sé sujeta el rostro entre las manos.

¿Por qué está aquí? ¿Por qué no se ha ido? ¿Por qué tiene una venda en su mano derecha? ¿Se lastimó?

¿Lastimó a Ruggero?

¡¿Y si lastimó a Ruggero?!

—Habla. —insiste papá entre dientes.— Habla ya, Meera.

—Lo siento, ¿Okey? Lo siento tanto, tanto. Pero es que Ruggero se ha vuelto loco, yo terminé con él hace un año, yo no sabía que iría detrás de Karol y armaría todo un plan estúpido para estar cerca de mi. ¡Nunca creí que usaría a mi hermanita para vengarse de mi!

—¿Ruggero me usó por venganza? —susurro mirando el suelo.— E-entonces... ¿Él nunca me amó?

—No, hermanita. Y lo siento tanto... —Meera sobre su nariz.— Pero él me ama a mi, siempre me ha amado a mi. Solamente te usaba para llegar a mí, para estar cerca de mi porque dice que soy el amor de su vida. Y ahora... Ahora yo... estoy embarazada de él y...

—¿Tú bebé va a ser el hermano de mi bebé? ¿Ruggero va a tener dos bebés?

Abrazo mis rodillas y apoyo mi mentón en estas. No puedo procesar nada.

Mi mente solo está lanzando preguntas en automático. No entiendo nada.

—¿Qué dijiste, princesa? —papá se sienta a mi lado.— ¿Realmente estás embarazada?

Miro a papá, asiento sin saber qué decir.

No se suponía que el momento debía ser así.

—Oh, mi niña...

Me abraza con fuerza, apoyo mi cabeza en su hombro.

Ahora voy a tener un bebé.

Pero mi bebé no va a tener un papá.

No lo tendrá...

¿Qué tengo que hacer ahora?

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TÚ, YO Y LA HISTORIA QUE NUNCA SE CONTÓ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora