Si hacemos un recuento de todas las cosas buenas que han pasado en mi vida, Ruggero tiene el crédito de la mayoría de ellas.
Porque sí, el hombre me ha hecho feliz desde que le conocí. Y Dios, no puedo más de la felicidad.
Aunque eso sí, teníamos que tomar medidas para el pequeño problemita de fertilidad que tenemos.
Ruggero se hizo una vasectomía, y por si las dudas, también estoy tomando anticonceptivos. Después de la llegada de Thomas, nuestro segundo niño, no queremos a nadie más.
Siento que son suficientes universidades por pagar. Ya no necesitamos más hijos.
—Mamá, Jared y Thomas se durmieron.
Gianna entra corriendo de puntitas, sonrío agachándome a su altura.
—¿En dónde, cielo?
—En la sala del fondo. —señala.— Y Stella se durmió en el piso.
—¿Y qué estaban haciendo?
—Cantábamos para Thomas. —admite.— Y le contábamos que papá se tuvo que ir de nuevo a la luna. Pero que esta será la última vez.
Eso es absolutamente cierto.
Ruggero viajó una última vez a Italia por trabajo, y fue solo para dejar a su hermano a cargo de todos los casos que tiene allí.
Ahora se va a dedicar a trabajar solo aquí pues quiere estar siempre junto a sus cuatro criaturas.
Tomo la fruta picada y dejo que mi hija me guíe hacia sus hermanos que efectivamente, se han quedado dormidos.
Pero lo que más me enternece de todo, es que Jared se ha dormido sosteniendo a su hermano menor en brazos. Mi niño hermoso.
Cierro la puerta con cuidado, Gianna corre a levantar a su hermana. Pero Stella es experta en llorar si le levantan de su siesta.
Y es exactamente lo que hace.
Jared abre los ojos de inmediato, frunce el ceño y le hace una señal de silencio a su hermana.
—Thomy se acaba de dormir.
—Gianna me levantó. —acusa Stella.
—Perdóname, hermanita linda. Yo solo quería que te acuestes aquí arriba. —señala mi hija.— Te puede doler la espalda.
Stella se limpia las lágrimas y sonríe en el proceso mientras asiente.
—Okey, te perdono. ¿El bebé está despierto?
Jared niega, ambas sonríen.
—Thomy es muy callado, es tan guapo.
—Es como un muñequito. —se ríe Stella.— Cómo papá cuando era un bebé.
—Jared también es igual a papá.
—¿Eso significa que tú papá y mi papá son el mismo?
Sin poderlo evitar, me río con fuerza, los tres me miran y de inmediato sonríen.
—¡Mamita hermosa! —Stella corre a abrazar mis piernas.— ¿Mi papá y el de Jared es el mismo?
—Pero claro que sí. —me río pellizcando su nariz.— ¿Por qué no iba a ser el mismo?
Se encoge de hombros.
—Porque Jared y Thomy se parecen mucho a mi papi. —explica.— Yo no sabía que también era su papi.
Pero...
Mi risa se intensifica, mi hija sonríe.
—Eres tan bonita, mami. Papi dijo que eres una princesita. ¿Podré ser una princesita cuando sea grande?
ESTÁS LEYENDO
TÚ, YO Y LA HISTORIA QUE NUNCA SE CONTÓ.
FanfictionNo llores por lo que se ha ido, ama lo que aún tienes.