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—Te voy a extrañar mucho, papá. —me río besando su mejilla.— Fue el viaje más corto de la vida pero te prometo que para tu cumpleaños vendré a verte.

—¿En octubre? ¿No falta mucho para eso?

—Muchísimo, pero es lo único que puedo ofrecer. —me lamento tomando mi maleta.— Cuídate, mamá.

Me hace una señal de afirmación y oculto mis ganas de reír mientras beso su mejilla y abandono la casa.

La fiesta de ayer fue todo un desastre. Y apuesto a que mamá solo está esperando que Meera despierte para decirle unas cuantas cosas y no muy agradables para el oído humano.

David y Daniela se fueron muy temprano en la mañana y yo, ahora mismo, estoy alcanzando a Ruggero en el auto. Nos vamos a conocer a su familia... Que nerviosa estoy.

—¿Lista, princesita hermosa?

Sonrío abrochándome el cinturón, él besa mi mano y comienza a conducir.

Decido poner música y durante la mayoría del viaje, o voy cantando, o le voy hablando de cosas sin sentido.

Hasta que simplemente me quedo dormida y despierto justo cuando llegamos a la casa de los padres de Ruggero. Soy un desastre ahora mismo.

Me estiro en el asiento y bostezo cansada, necesito seguir durmiendo. Pero por supuesto mi plan se va al carajo cuando Ruggero me abre la puerta y toma mi mano ayudándome a bajar.

Acomodo mi cabello como puedo mientras él busca las llaves y abre la puerta dejándome pasar primero.

Le miro sonriendo en el proceso.

—¿Cómo te atreves a dejarme pasar sin anunciar mi llegada primero?

—Saben todo de ti, solo les hace falta saludarte.

Eso me hace reír mientras se pone a mi lado con las maletas en manos.

—¿Eso significa que les hablaste de mí?

—Solo un poco. —me guiña un ojo y tengo que reír.

Que le hable de mi a su familia fue algo que no esperé ni hoy ni nunca. Es que nunca esperé tener un novio que no sea alguien que mi familia no conozca y que del mismo modo, su familia no me conozca. Esto es algo nuevo para mí.

Nunca he conocido a la familia de algún novio. ¿Cómo se supone que tengo que actuar?

Es que no he tenido muchos novios.

Siento que debí estudiar antes de venir, he cometido un error. Un enorme error.

Mejor me voy.

—Familia, estamos aquí.

Me tenso cuando escucho los pasos acercarse, y tan pronto tenemos a una mujer frente a nosotros, tengo que sonreír sin saber exactamente qué más hacer.

Es que estoy nerviosa.

—Mamá, que gusto que me da verte.

Ruggero abraza a la mayor con entusiasmo y ella le responde con exactamente la misma emoción. Suspiro profundo.

—Te quiero presentar a mi novia. —le dice.— Mamá, ella es Karol Sevilla, mi princesa.

Oh Dios.

Me llamó mi princesa delante de su madre. Eso es mágico, me caso ahora mismo.

—M-mucho gusto, señora. —estrecho su mano.— Es un placer conocerla.

—Pero mírate nada más, que hermosa que eres. Mucho más linda en persona. —me dice ella.— Ven, déjame abrazarte.

Aliviada le abrazo.

TÚ, YO Y LA HISTORIA QUE NUNCA SE CONTÓ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora