TÚ, YO Y LA HISTORIA QUE NUNCA SE CONTÓ.

55.

Termino de beber mi batido sin dejar de mirar por la ventana. Se ha vuelto mi actividad favorita en los últimos días.

Cuando tengo momentos libres, obviamente, que, ciertamente, aunque son pocos, los disfruto igual.

Mi vida ha pasado por muchos cambios en el último mes. Desde buscar una nueva casa y despedirme de Dannae para siempre hasta enfrentar a mis padres.

Y, oh... El decidir indagar en mi pasado aunque el resultado no me agradó en lo absoluto.

Los encontré, encontré a mi familia pero el recibimiento no fue el que yo esperaba y decidí hacerme un lado por el bienestar común. No necesito más problemas para mi salud mental ahora mismo.

Me basta con la disputa que estoy teniendo con mis padres, es más que suficiente.

Es que, se han disculpado conmigo, pero se siguen negando a verme con Ruggero. Y yo ya no sé cómo explicarles que él ni siquiera piensa en mí.

Tenemos una buena relación para tener feliz a Jared, es todo.

Creo que ambos tuvimos un momento de lucidez cuando nos sentamos a hablar hace dos semanas. Él admitió que no está listo para pensar en perdonarme y que lamenta haberme llevado tan lejos como para hacer que mis sentimientos se confundan.

Yo admití que necesito tiempo y espacio, después de todo, tuvimos sexo después de seis años sin vernos. Y aunque creí que había sido algo especial para nosotros, resulta que no.

Para él no significó nada como tal. E incluso admitió estar confundido respecto a mí y la situación.

Creía amarme hasta el día en que me vió, pero conforme pasa más tiempo conmigo y con Jared se da cuenta de que tiene mucho rencor acumulado y sabe que no podemos tener nada estando en esas condiciones.

Así que si, me duele como no tiene idea, pero no planeo hacer nada para cambiar sus sentimientos.

Lo único que deseo y anhelo es que su corazón algún día encuentre la calma y el consuelo que necesita para perdonarme. Me equivoqué y durante seis años pagué las consecuencias de ello.

Y se acabó.

He admitido que Ruggero merece estar con alguien mejor y que aunque no tengo la culpa total de nada, tengo que aprender a asumir las consecuencias de mis actos.

Así que aquí estoy...

Viviendo un día a la vez y aprendiendo a dejar de pensar en el pasado o en el futuro.

Aprendiendo a tomarme las cosas con calma.

—¡Buenos días, señorita!

La puerta de mi habitación se abre dejando ver a Daniela y David, me río bajándome de la ventana.

—¿Qué hacen ustedes aquí?

—Jared está con su padre y tú estás libre y superando una difícil etapa de tu vida, así que vamos a ayudarte con esa tristeza que cargas en el interior y vamos a llevarte a dar un paseo. —explica David.— Así que ponte guapa, te esperamos afuera.

—¿Y si les digo que no quiero ir?

—Irás. —musita Daniela.— Y te estamos dando la oportunidad de arreglarte para eso, a menos que quieras que te arrastre hacia el auto luciendo así.

Me río aún más viendo mi pijama. Es mejor que me vaya a alistar.

Tomo una rápida ducha antes de vestirme y bajar al encuentro de mis mejores amigos que lucen más tranquilos de verme arreglada.

Seguramente creen que estoy cayendo en depresión, pero lo que en realidad hago es intentar no caer.

Difícil, lo sé.