Esto me está estresando mucho.
Apenas y he tenido tiempo de hacer algo más que estudiar y escribir mi tesis. Me estoy volviendo loca.
Y si, por supuesto, no he tenido tiempo ni siquiera de ver a Ruggero. Lo que me molesta mucho más pero no importa en lo absoluto porque él ha sido comprensivo conmigo y me ha mandado regalitos y mensajes lindos.
Recojo mi cabello, bebo el último trago de café que me queda y me estiro en la silla mientras Daniela se remueve en el sillón. Y si, se cae.
Una carcajada brota de mis labios mientras mi mejor amiga se sienta en el piso, asustada y seguramente, bastante adolorida.
—¿Qué pasó?
—Te caiste. —digo obvia mientras se pone de pie y recoge su cabello.— ¿En qué soñabas?
—Cosas lindas seguramente no. —se queja sentándose en el comedor.— ¿Qué estás haciendo?
—Un fatal intento de tesis. —musito tecleando sin sentido.— Estoy aburrida y estresada, ni siquiera he visto a Ruggero en casi dos semanas.
—Pero se hablan todos los días, cálmate un poco. —se ríe.— Te odio.
—¿Y ahora por qué?
—Porque tienes novio y yo no. —rasca su frente poniéndose de pie cuando escuchamos la puerta sonar.— Siento que San Valentín va a ser un asco por siempre. Y eso no me gusta.
—Pero aún no paso San Valentín con mi novio. —me río.— Este San Valentín lo desperdicié con un imbécil que hasta me golpeó.
—Admito que creí que te tomaría mucho tiempo volver a confiar en algún hombre.
—Y yo, pero Ruggero logró envolverme y no me arrepiento.
Rueda los ojos y por fin se decide a abrir la puerta. De inmediato sonrío poniéndome de pie.
—Buenas tardes, traigo una entrega especial para la princesa más bonita de todos los reinos.
—Ay no, que cursi y ridículo. —bufa mi mejor amiga. Me largo.
Deja que Ruggero entre y abandona el departamento dándonos privacidad. Me río caminando hacia mi novio.
—Hola, princesita. Sé que no nos hemos visto en semanas pero...
—Mi amor. —musito lanzándome sobre él.— Gracias, mi amor hermoso.
—Me siento muy amado de repente.
Eso me hace reír, beso su mejilla y bajo a sus labios.
—¿Y eso que es?
—Dulces y golosinas de todo tipo. —explica dejando la caja sobre la mesa.— Y un girasol.
Sonrío feliz, tiro de su mano y lo llevo hacia el sillón.
Podemos tomarnos un descanso sin duda alguna.
Ahora estoy feliz y cómoda, no pienso cambiar esa sensación por nada del mundo.
—En una semana tenemos que ir a la fiesta de compromiso de mi hermana. —musito jugando con su mano.— ¿Vendrás conmigo? O confirmo tu ausencia.
—No sé, aún no estoy muy seguro. —besa mi frente.— Pero hablamos de eso más tarde, ¿Si?
Asiento, él sonríe y deja un beso en mis labios antes de abrazarme y susurrar que me extrañó mucho.
Pero apuesto a que no me extrañó más de lo que yo le he extrañado.
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TÚ, YO Y LA HISTORIA QUE NUNCA SE CONTÓ.
FanficNo llores por lo que se ha ido, ama lo que aún tienes.