Dos y media de la mañana, acaricio mi vientre dolorido y cuento hasta diez para evitar vomitar, estoy muy mareada.
Y después del tremendo susto que me pegué, no quiero hacer nada más que dormir un poco y no moverme de la cama.
—Y listo, te terminaste el suero.
La enfermera aplica una bandita sobre el huequito que quedó de la aguja y sonrío bajándome el buso.
—Recuerda no estresarte en estos extremos, nunca había visto a alguien tan asustado como tú novio.
Sonrío relamiendo mis labios.
Si, Daniela me dijo que Ruggero estaba aquí. Y sé que no fui la única que se desesperó, Ruggero también tuvo una crisis cuando el doctor dedujo que se trataba de un aborto espontáneo.
Pero no, no hubo aborto porque para empezar, no hay bebé todavía.
Hubo una especie de hemorragia por culpa del estrés y lo desordenado que es mi periodo.
Pero no niego que me asusté mucho.
Y bueno, después de dos sueros y un montón de medicina, por fin puedo irme de aquí.
—Mi chiquita...
Ruggero me abraza apenas llego a la sala de espera, besa mi frente y correspondo a su abrazo.
—Creí que no querías verme.
—Oh, cállate. Me asustaste demasiado.
Y lo tenía más que claro por la forma en la que temblaba mientras me abrazaba. Sonrío mientras me retiro el cabello de la cara y sorbo mi nariz.
Yo también me asusté, y mucho.
Creí que el mundo se me venía abajo del solo escuchar al doctor decir que era una amenaza de aborto. Pero no, por fortuna no era eso.
Puedo soportar lo que sea, menos perder a mi bebé. No me lo perdonaría jamás.
—Ni pienses que vas a abandonar la cama los próximos días. —me advierte aún acariciando mi espalda. Asiento.
—Admito que me asusté demasiado al ver tanta sangre. —musito dejando que bese mis labios.— Pero ahora solo quiero dormir, fue un día horrible.
—Me siento muy culpable, mi reina. Perdóname, ¿Si?
—No tienes la culpa de nada, amor. —subo mis manos a sus mejillas.— Estoy muy estresada, y lo regular que se ha puesto mi periodo últimamente tampoco ayudó. Pero no es tu culpa.
—Igual debí haber estado contigo, princesa. Debí haber estado contigo cuando me necesitabas en lugar de seguir molesto contigo.
—Amor, no importa. —aseguro aferrándome a sus brazos.— Solo vámonos a casa, ¿Si?
Asiente, sube el cierre de mi abrigo y besa mi frente antes de tomarme entre sus brazos.
Me lleva al estacionamiento y cuando estoy dentro del auto, tomo la manta que ha preparado para mí y apoyo mi cabeza en la ventana. Me duele todo.
Son las nueve de la mañana cuando despierto, en la cama de Ruggero y con una bandeja de desayuno a mi lado. El olor me despertó.
Y después de ir al baño con demasiado cuidado para mí gusto, me siento a desayunar.
No hay nada más que una nota de Ruggero junto a la bandeja, y cuando la leo, tengo que sonreír soltando un cansado suspiro.
Te amo, preciosa princesa. Pero aún nos debemos una conversación y prometo que de esta noche no pasa. Por favor no hagas nada que te afecte.
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TÚ, YO Y LA HISTORIA QUE NUNCA SE CONTÓ.
FanficNo llores por lo que se ha ido, ama lo que aún tienes.