Soplo mi taza de café, bebo un poco y suspiro cubriéndome con la manta.
Desde la ventana veo a todo el mundo caminar de un lado a otro, reír, abrazarse o simplemente caminar.
Qué día tan extraño que tuve, y ahora mismo, solo quiero irme a dormir.
Llegamos del trabajo hace algunas horas, ya cenamos, ya me volví a bañar porque me bajó y eso me hace sentir demasiado sucia. No puedo vivir sin bañarme durante mi periodo.
El resto del mes, la ducha no me interesa.
Retiro el cabello de mi frente, bebo más café.
—Te fuiste con él, ¿Verdad?
Dejo de mirar hacia la ventana centrando mi mirada en Daniela que me sonríe sentándose en la silla frente a mí.
—¿Con quién?
—Con Ruggero. A Suiza.
Un suspiro brota de mis labios mientras digo que si, ella hace un mohín.
—Por eso te afectó tanto verlos en su oficina hoy.
—Si, pero tiene un poco de sentido. —rasco mi brazo.— Digo, Thalía es guapísima, tiene un cuerpo perfecto, y aparte es de la edad de Ruggero.
—¿Y qué?
—Pues eso, que evidentemente, cualquiera elegiría a una experimentada mujer en lugar de a una estúpida de veinte que pide que le cuenten cuentos antes de dormir. —hago un mohín.— Thalía es un mejor partido sin duda alguna.
—Pues yo creo que tú eres un mejor partido.
—Pero para alguien como Ruggero, y te lo digo porque lo he visto, he visto como es él en realidad. Y su seriedad no es fingida. Tiene sus momentos de locura, le gusta divertirse y todo eso, pero él busca algo que yo no tengo; madurez. —juego con mi cabello.— Y está bien, lo acepto y entiendo. Thalía es bonita, madura y de su edad. Están viviendo la misma etapa, y yo... Yo tengo que olvidarme de él y de lo que pudimos ser.
—Lo haces escuchar muy fácil, y no te estás poniendo como loca así que eso te hace más madura de lo que crees que eres. —retira el cabello de mi frente.— Y tienes razón, quizá él no te elija a ti por distintos factores. Pero ten por seguro que ante los ojos de la persona correcta, eres perfección absoluta.
Sonrío y asiento.
Papá me lo dice siempre.
Y es gracias a él que no me voy a conformar con poco nunca.
Realmente nunca...
Algo mejor está por venir. De eso estoy segura.
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—Hola, bonita.
David besa mi cabello, sonrío levantando la mirada.
—¿Qué haces? ¿Y la loca?
—Estoy editando las fotos que tomé de tarea ya que no tengo nada que hacer con Ruggero en esa reunión. —explico.— Y Daniela se fue con Ágata.
—Ya sé, fue una excusa para venir. —se sienta frente a mí.— ¿Qué te pasa? Y no mientas porque estuviste toda la semana callada. Apenas y sonríes.
—No pasa nada. —prometo guardando las fotos en mi USB.— Es solo que extraño a mi familia.
—No mientas porque eres malísima para eso. —se ríe.— Daniela dijo que debía convencerte si o si para salir. Pero es que tú tristeza me tiene confundido, así que si quieres quedarte viendo películas con nosotros, también lo voy a aceptar.
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TÚ, YO Y LA HISTORIA QUE NUNCA SE CONTÓ.
FanfictionNo llores por lo que se ha ido, ama lo que aún tienes.