Las islas Maldivas.
Nuestra Navidad la vamos a pasar en las Islas Maldivas, y he de admitir que fue la mejor decisión de nuestras vidas por lo poco que conseguí ver en el trayecto del aeropuerto a las cabañas sobre el mar que Ruggero reservó.
Jared está entusiasmado. Porque aunque se mareó en el avión y vomitó apenas bajamos, ahora mismo está muy feliz viendo todo por la ventana de la preciosa habitación.
—Me gusta mucho. —musita bajándose de la silla que pegó a la ventana para poder mirar todo.— ¿Yo voy a dormir aquí, mami?
Asiento.
Hay solo dos habitaciones. Y la distribución es obvia.
Ruggero en una y Jared y yo en otra.
—¿Les gustó?
Ruggero entra a la habitación y se sienta en la cama, Jared sonríe.
—Me gusta mucho, papá. —señala la puerta.— ¿Podemos ir?
—Sí pero mantente cerca.
Jared asiente encantado, me río tomando mi maleta para sacar el protector solar. Está muy emocionado y todo pero no puedo dejar que se queme.
—¿Crees que esté seguro aquí?
—Evidentemente lo va a estar. —me río.— Porque yo voy a estar con él.
—No, amor. Te equivocas. —me toma de la cintura.— Vas a estar conmigo.
—Ruggero...
—¡¿Hay alguien aquí?!
Me alejo de inmediato tan pronto escucho la voz de Agustín.
¿Se atrevió a traer a sus amigos?
Ruggero intenta acercarse, alejo mi mano de su alcance.
No quiero hablar con él, comienzo a estar molesta ahora mismo.
—Oh, aquí están.
La rubia se adentra a la habitación, me sonríe pero le ignoro siguiendo a Jared por la puerta que da al mar.
No puedo creer que los trajo y que encima espere que yo actúe normal cuando... ¡Es que estoy muy molesta!
Jared se acerca y se sienta a mi lado dejando que le ponga el protector solar por todo el cuerpo y le pido que espere diez minutos antes de alejarse de aquí. Él asiente recostando su cabeza en mis piernas.
—Mami, estoy feliz.
—¿Y eso por qué? —pellizco su nariz. Él se ríe.— ¿Por qué estás tan feliz?
—Porque papá dice que tú y yo somos su familia. —explica moviendo sus manos.— Y que estaremos juntos por siempre.
Eso me hace sonreír.
—¿Y tú crees que eso es cierto?
—Si, yo si quiero. —confiesa.— Ya quiero vivir con papá.
Quiero responder pero entonces escuchamos la voz de Maxi y Jared se acerca a saludarlo con emoción.
Está claro que adora a Maxi, pues a comparación de los otros dos tontos, él no le gritó ni trató mal el día del problema con la hija de Odile.
—¿Cómo estás, Karol?
Sonrío asegurando que bien, él se sienta a mi lado preguntando si podemos hablar y cómo sé por dónde va esto, le pido a Jared que entre y se quede con Ruggero en lo que puede meterse al agua.
Él accede caminando dentro de la cabaña. Y solo entonces, Maxi suspira y dice;
—Quiero que sepas que estoy feliz de que hayas podido venir.
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TÚ, YO Y LA HISTORIA QUE NUNCA SE CONTÓ.
FanficNo llores por lo que se ha ido, ama lo que aún tienes.