46.

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—¡No!

Agitada me siento en la cama, Daniela se remueve soltando un bufido.

—¿Pero qué te pasa, loca?

—Tuve un sueño horrible. —confieso tomando mi rostro entre mis manos.— Estábamos en el cumpleaños de Rahul y Ruggero llegaba.

—Uy, dime qué soñaste lo que pasaba después.

—No, me desperté asustada. —me pongo de pie.— Esto no puede seguir así, me voy a morir.

—¿Y todo por qué? Exacto, porque eres una egoísta que se niega a decirle a Ruggero que es padre. —me echa en cara.— El pobre hasta en sueños tiene que ir detrás de ti para poder ver a su hijo.

Le miro mal.

Sé que es cierto pero no tiene que decírmelo así.

Voy a llorar, no quiero ser la mala de la historia, pero tengo miedo, juro que tengo miedo.

Entro a la habitación de Jared después de haberme calmado un poco, y como aún duerme, vuelvo a salir dispuesta a prepararle el desayuno.

Daniela me sigue soltando un bostezo.

—¿En serio vas a seguir siendo egoísta aún cuando te estoy diciendo en la cara que necesitas calmarte y dejar que padre e hijo se conozcan?

—No, ya no. Dejen de insistir con esto, todo el mundo me dice que soy una egoísta a excepción de mi padre y mi hermana, obviamente. —explico moviendo mis manos.— Pero creo que ya avancé un poco, y que tú, mi madre, David y Dannae tienen toda la razón de pedirme que dejen de ocultarle la verdad a Ruggero.

—Exacto, él tiene todo el derecho. —asiente.— Que orgullosa estoy, lo has entendido.

—Pero igual tengo miedo.

—Tú ten el miedo que quieras, pero busca a Ruggero.

Eso me hace reír, ella besa mi mejilla y me abraza con fuerza antes de decirme que comience a buscarle entonces.

Y sí, por supuesto que le voy a buscar y que voy a decirle que tiene un hijo, pero no ahora, después.

Comenzaré a buscarle en agosto pues Jared sale de vacaciones y yo me voy a tomar un pequeño descanso del trabajo. 

El plan original era llevarle de vacaciones a los parques Disney, lleva meses pidiéndolo.

Pero ahora el plan cambia a estar siguiendo los pasos de su padre hasta que le podamos encontrar. Lo cual evidentemente me tiene nerviosa porque lo único que sé es que iremos a su antigua casa. Espero que siga siendo suya.

—¿Quieres dejar de pensar y hacerme caso?

—Ay bueno, perdón. —me quejo bebiendo un poco de jugo.— Pero me dices que soy egoísta, ¿no?

Asiente, suspiro profundo mirando el techo.

—Bien, lo haré. —carraspeo.— Buscaré a Ruggero, pero no ahora, en Agosto.

—¡Eso es genial, amiga! —me abraza con fuerza.— Pero dime que le dirás que también le amas y le perdonas y...

—Daniela, detente. —me río alejándola de mí.— No va a pasar, quien tiene que perdonar aquí es Meera, quien debe tener esperanzas de volver es ella, no yo.

—Oh, vamos. —alarga cabreada.— Esa idiota no merece perdonar nada. Absolutamente nada, ella es la culpable de que ustedes se hayan separado, de que Jared crezca sin su padre.

—¿Y qué hay de Rahul? Él también es hijo de Ruggero, y no veo a nadie pensando en él. Ruggero también le tiene que pedir perdón. —suspiro profundo.— ¿Y sabes qué es lo peor? Él si que sabe de la existencia de uno de sus hijos. Pero no hizo nada para acercarse a él. Nada.

TÚ, YO Y LA HISTORIA QUE NUNCA SE CONTÓ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora