Me sorprenden las cosas que puedo llegar a hacer y decir cuando estoy enojada. Y haber vuelto con Benjamin es una de esas cosas.
Y es que, después de todo un fin de semana juntos, me pidió volver y pues le dije que sí.
¿Y qué? Si de todos modos le quiero mucho, ya fuimos novios y papá le quiere más como hijo que como yerno.
Así que no importa nada más, vamos a ser novios y se acabó.
Ahora mismo, me encuentro sentada detrás del escritorio esperando a Ruggero para hablar con él.
Porque intenté hacerlo con Agatha y Thalía pero me pidieron que hable primero con él. Así que ni modo, tengo que esperarle y presentar mi renuncia.
La verdad es que, trabajaba porque quería estar cerca de él, y porque quería asumir responsabilidades... Alguien necesita el trabajo más que yo, y estoy aquí, desperdiciando la oportunidad de dárselo.
No se me hace justo.
—Buenas tardes, Karol. Ven a mi oficina por favor.
Me pongo de pie caminando detrás de él mientras sujeto mi carpeta con fuerza. He estado esperando este momento por días.
Ya necesitaba decirle en la cara todo lo que pienso antes de irme.
—Quiero que hablemos respecto a la llamada del otro día, la verdad es que yo...
—Quiero presentarle mi renuncia, señor. —le corto.— Quise presentarla en Recursos Humanos pero resulta que tenía que esperarle y hablar con usted.
—Tu no vas a renunciar, Karol.
—Es lo que estoy haciendo. —deslizo la petición sobre la mesa.— Que tenga buena tarde.
—Detente.
Antes de que pueda llegar a la puerta y marcharme, le tengo frente a mí. Y por supuesto que se encarga de acorralarme contra la pared y decirme;
—Así como el imbécil de tu amiguito armó todo un plan, yo también tengo derecho a...
—Mi amiguito nada. —le corto.— No sé a qué se está refiriendo pero mi decisión de renunciar se debe a solamente su actitud, señor.
—Karol, deja de tratarme de usted y escúchame.
—No, no voy a escuchar nada. —le empujo.— No me voy a quedar callada, lo único que quería de usted era sinceridad. No pedí sentimientos, no le pedí que me diga que me ama, ni que me pida matrimonio. Lo único que yo quería es que se comporte como el hombre que creía que era. Pero la palabra le quedó muy grande.
—La realidad es que yo...
—Ya le escuché lo suficiente en esa noche. —le corto.— Ahora usted escúcheme a mi. ¿Y sabe qué? Me da pena que haya intentado jugar conmigo, porque solo los idiotas llevan a las chicas a comer, de viajes, les compran regalos, un perro... Y al final les dicen que no son nada en lo absoluto.
—Intento que me dejes explicarte que...
—Nada. —levanto mi mano pidiendo silencio.— Usted no quiere nada conmigo, y yo no quiero llorar para que se quede a mi lado porque no tengo la necesidad de mendigar amor. Así que, gracias por todo y por nada. Hasta nunca.
Salgo de la oficina, me acomodo el cabello y comienzo a recoger mis cosas.
Intento no tardar mucho, no me gustaría atraer las miradas sobre mí.
Pero por supuesto, no soy lo suficiente rápida como para evitar que Thalía se plante frente a mí y me diga;
—No recojas nada porque no te vas mientras no te hayamos encontrado un reemplazo. Está estipulado en el contrato que firmaste.
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TÚ, YO Y LA HISTORIA QUE NUNCA SE CONTÓ.
FanfictionNo llores por lo que se ha ido, ama lo que aún tienes.