Llegamos aquí con la intención de disfrutar sin que nada malo vuelva a suceder conmigo o con Daniela. Y creo que lo estamos logrando.
David y Daniela no han discutido desde que entramos. Y por supuesto, están tan cómodos con la conversación que estamos teniendo que ni siquiera sé preocupan por mirarse mal o algo.
Estoy orgullosa de esos dos tercos.
Bebo el contenido de mi vaso de golpe para cumplir el reto, escucho la risa de Daniela mientras relame sus labios y suspira.
—Me toca. —doy leves golpecitos a la mesa.— Daniela, ¿Es cierto que eres bisexual?
—O sea sí pero no he estado nunca con una mujer. —jura levantando la mano.— Me da pena.
—Entonces, ¿Qué probabilidad hay de que beses a Karol?
Me atraganto con mi botella de agua.
¿Que me bese a mí? ¿Y a mí por qué? Loco.
—¿Y por qué no te besa a ti? —arqueo una ceja. Se ríe.
—Porque no soy chica.
Daniela nos mira a ambos mordiéndose el labio inferior.
Sus mejillas han adquirido un color rojizo bastante intenso. Y eso por supuesto se me hace gracioso.
Es un amor.
Quiere experimentar pero tiene miedo.
¿A quien no le ha pasado?
—Okey. —cede Daniela. Bebo más agua.— Karol, cuenta.
Aturdida hago lo que me piden, y cuando ambos dicen tres, de inmediato veo hacia donde huir.
Esto me apena.
Quiero llorar.
—Pero no me mires. —casi exige.— Solo déjate llevar.
Trago saliva. ¿Cómo me voy a dejar llevar? Es que yo nunca he besado a una chica, tengo dudas de cómo debería actuar.
Digo, ya sé que es como besar a un chico, pero es que no es como si ya hubiese besado a cincuenta chicos antes de hoy.
Y tampoco le clasifico cómo santa.
Yo más bien lo dejaría en... Inexperta.
Pero con ganas de aprender.
—Hazlo. —le reta David.— No te atreves, en lo absoluto.
Ella se ríe tomando mi rostro entre sus manos, y sin previo aviso, me besa.
Me cuesta salir del trance mientras sus labios se mueven a un lento ritmo sobre los míos. Y cuando reacciono, es para seguirle el beso.
Mi mente se desconecta de todo y todos. Ni siquiera escucho la música de fondo, solo subo mi mano a su mejilla y me entrego a la extraña sensación.
Sus labios son muy suaves y adictivos.
Cuando se aleja, mis ojos se abren por instinto y me quedo mirándole sin saber qué decir.
Eso fue... Wow.
Daniela me sonríe antes de mirar a David.
—Que si pude. —presume y tomo mi botella de agua bebiendo un poco.
—No, si me queda clarísimo. —se ríe él.— Son tan malas perdedoras que no hay un solo reto que no puedan cumplir.
Ambas nos miramos burlonas, eso es muy cierto.
Y quizá eso haya hecho que Daniela me haya besado aún cuando le daba miedo besar a las mujeres.
¿Miedo de qué? No tengo idea.
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TÚ, YO Y LA HISTORIA QUE NUNCA SE CONTÓ.
FanfictionNo llores por lo que se ha ido, ama lo que aún tienes.