L.2 Capítulo 10

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Desde pequeño tuve la facilidad en los estudios, no era un genio al que deberían haber adelantado de año, pero lograba aprender y memorizar más rápido que muchos de mis compañeros. Eso generó el odio y envidia de todos, no soportaban que una persona como yo tuviera como mínimo el 98% de las respuestas correctas.

Mi único rival era Bakugo, tanto en el arte como en las calificaciones, pero a él le gustaba tener un rival.

Esa mujer me felicitaba por mis calificaciones, decía que tendría un gran futuro si seguía de esa forma. A mi solo me gustaba pintar, pero asentía...

Al final el futuro que yo quería fue cortado por la realidad y mis estudios se convirtieron en ese refugio para ignorar las voces.

No era la mejor forma, me seguía lastimando, pero no sé, una parte de mi quería al menos tener feliz a ella por ese motivo...

Luego ella se volvió alcohólica, al principio prometía que dejaría de beber, le quedaba un poco en su conciencia que estaba lastimando a su hijo con su desprecio.

Ella ya me estaba ignorando y señalaba su odio con miradas, pero cuando bebía prometía que cambiaría por su preciado hijo.

Eso fueron los primeros meses, luego se perdió y simplemente me insultaba, me despreciaba, me hizo sentir como una basura que no merecía vivir.

Inko demostró por fin su verdadera cara.

Algo me sirve de todo esto, jamás le creas las promesas de las personas con adicciones, aunque sean tus seres queridos.

El cambio se demuestra con acciones, no con palabras vacías, por eso preferiría no estar relacionado con ninguna persona como ella.

Las adicciones destruyen todo...

-Srta. Jane, yo detesto el alcohol, no creo que todos los que beben son malos o como esa mujer, pero...

La psiquiatra me observó en silencio, nunca hablaba de mi gran miedo al alcohol.

-Me da miedo ser como ella, soy su hijo, tal vez heredé su deseo por beber, yo no quiero probarlo...- Dije nervioso -¿Y si me vuelvo adicto? Yo no quiero ser un violento, no quiero lastimar a las personas que quiero.

No puedo evitar pensar en Ochako y en mi siendo mi madre.

Odiaba ser tan parecido a mis padres, si tengo hijos, deseo que no se parezcan en nada a mi, soy débil mentalmente y mi aspecto es un calco de esos monstruos...

-No porque ella es alcohólica significa que serás igual, no siempre el ser humano hereda todos los rasgos de sus padres- Dijo con honestidad, luego sonrió y continuó -Te voy a contar un secreto, mi padre también era alcohólico, pero yo no lo soy, no todos somos iguales a nuestros progenitores, uno es quien decide su camino.

No sabía si lo que dijo era cierto, pero quería creer en sus palabras.

-Tengo una idea, no es necesario que respondas- Dijo con una sonrisa -¿En qué crees que te pareces a ella?

Me paralicé al escuchar eso, no entendía la pregunta, pero decidí recordar sus aspectos positivos y negativos...

-Mis ojos y cabello, también levemente el rostro...- Respondí, intenté pensar en algo, pero nada.

-Dejando lo negativo, ¿Había algo que ella sabía hacer demasiado bien?- Preguntó curiosa.

-Cocinar, ella cocinaba delicioso y siempre sonreía al hacerlo, en cambio yo... es comestible, pero no se compara y tampoco me gusta, me alegro que ahora Toshinori sea quien cocine y yo solo deba colocar el servicio, también lavo los platos, a pesar de que él dice que no- Dije sonriendo con lo último -Él siempre es así, pero creo que es lo mínimo y me gusta ayudarlo, por ejemplo, me gusta limpiar el jardín y cortar el césped, no me agrada verlo tan descuidado, de seguro a la Sra. Nana no le apetecería verlo desordenado.

Rescataré tu sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora