Capítulo 38

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¿Cuánto dura una sonrisa en alguien destrozado?

23:00 Pm

Izuku caminaba a paso veloz mientras sostenía firmemente la mano de Kota intentando transmitirle calma, lo que menos deseaba en esta situación era asustarlo.

Para la desgracia de Izuku su teléfono celular se le había quedado en su casa antes de ir al hogar de Ochako, por lo tanto, si o si debía ir a su casa para poder llamar a la policía.

-Izuku, tengo miedo- Dijo el pequeño nervioso -¿Qué pasa si ese hombre les hizo algo malo? ¿Y si nos lastima?-.

El de cabellos verdes observó al pequeño y le sonrió -Tranquilo, si ocurre algo yo te protegeré-.

Kota observó fijamente a Izuku y le sonrió, algo en ese muchacho le transmitía paz.

Por otro lado, Izuku estaba asustado, solo fingía verse firme por el pequeño.

Al llegar a la casa, Izuku se percata que estaban las luces encendidas, fue a la puerta, colocó sus llaves en el pestillo y la abrió con la máxima delicadeza que pudo, él no sabía con qué tipo de escena se toparía.

Al momento de abrirla no vio a nadie en la sala de estar, así que ingresó a la casa aun sosteniendo la mano de Kota.

El pequeño miraba a su alrededor con temor de que ese hombre apareciese y les hiciese daño, dirigió su mirada al sofá y algo le llamó la atención.

Soltó la mano de Izuku y se dirigió al sofá y notó que estaban las orejas de lobo de Mei, las agarra y se abraza así mismo.

-Izuku, son las orejas de Mei- Dijo el pequeño comenzando a llorar.

Al escuchar eso Izuku se asustó, iba a entrar en pánico, pero sacudió la cabeza intentando de tranquilizarse, soltó un suspiro, miró a Kota y le sonrió.

No podía ser cobarde, no ahora que sabía que ese hombre estaba cerca de los dos.

-¡Suelta a Mei hijo de puta!- Gritó Katsuki desde el segundo piso.

Al escuchar eso Izuku agarró rápidamente a Kota del brazo, se acercó a una puerta debajo de la escalera donde guardaban objetos sin usos e hizo que se escondiese pidiéndole que guardase silencio, el pequeño asintió callado mientras lloraba en silencio.

Izuku cerró la puerta con delicadeza y corrió hacia la puerta de la entrada, la abrió y la cerró con fuerza provocando que retumbase el sonido hasta el segundo piso, luego con rapidez se dirigió hacia donde Kota y se ocultó junto con él.

Escuchó rápidas y sonoras pisadas desde el segundo piso, Izuku al sentir que Hisashi bajaba por las escaleras vio el rostro de Kota y se percató que iba a gritar por el miedo, por lo tanto, con su mano cubrió la boca del menor.

Izuku tragó con miedo al escuchar la última pisada del mayor, por un momento pensó que los había descubierto, pero al escuchar el fuerte sonido de la puerta de la entrada y el impacto de ésta al ser cerrada, suspiró aliviado, su plan había funcionado.

El de cabellos verdes abrió la puerta y salió del lugar pidiéndole a Kota que se quedase callado y que no saliera sin importar el motivo.

El adolescente miró a su alrededor y al no ver a su padre subió rápidamente por las escaleras, ingresó primero a su dormitorio y al ver su teléfono celular en la cama, lo agarró sin pensarlo.

Abrió la puerta del baño con miedo, pero no había nadie, por lo tanto, quedó la última opción...

El dormitorio de sus padres.

Rescataré tu sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora