Rescataré tu sonrisa

Capítulo: 11

Oscuridad, miedo, pánico, huye, escondete, se inteligante o te harán daño...

Tengo miedo, saquenme de este lugar.

Había una vez una niña llamada Jiro, su mundo era perfecto. Ella tenía dos padres que la amaban con locura y un hermano mayor llamado Haru que la trataba como si fuera una princesita, su princesita.

Su hermano mayor era un genio al momento en que sostenía una guitarra, siempre le tocaba una canción a Jiro a la hora de dormir, él era el mejor hermano que ella podía pedir.

A los dos hermanos les encantaba el Rock, Jiro cantaba y su hermano tocaba la guitarra para sus padres.

Haru tenía grandes sueños, él deseaba ser el mejor guitarrista de todos los tiempos... y para eso deseaba estudiar en la Academia de artes Shiketsu.

Él debía hacer la prueba de ingreso, por lo tanto, sus padres dejaron a Jiro a cargo de la vecina, subieron al automovil y nunca volvieron.

Sus padres y Haru murieron, fue rápido, pero en cámara lenta cuando el camión apareció.

La pequeña Jiro no tenía a nadie en el mundo, solamente los tenía a ellos ¿que iba hacer ella?

Tengo miedo, cierra la puerta con un candado, huye por la ventana y escapa.

Jiro solamente lloraba, era una niña de 10 años sola en un mundo donde los niños son débiles y fáciles de maltratar.

Era 19 de diciembre el día en que Jiro ingresó al hogar de menores donde su sonrisa inocente desapareció. Al menos le permitieron quedarse con la guitarra acustica de su hermano... estaba desgastada por el uso excesivo que le dio su hermano, pero la adoraba, era lo único que le decía que nada fue un sueño, que el mundo no era gris, ella podría ser feliz.

"Eres muy linda Jiro" Le dijo un niño de 13 años...

Jiro aprendió las reglas básicas, la palabra linda significa agarra tu guitarra, huye y si te alcanza dale un guitarrazo.

No confies en los adultos, ellos son malos, no le habían hecho nada, pero a otros sí.

Su padres le decían que nadie tenía permitido tocarla sin permiso y si era un adulto y no estaban ellos o Haru debía huir.

Miedo, vivir bajo el mismo techo de esas asquerosas personas.

Resguardate y no te acerques a tres metros de distancía de los adultos.

A los diez años aprendió todas esa cosas, su infancia ya había sido arrebatada el día en que llegó a ese lugar.

No llores, no le des el placer de que les tienes miedo porque se aprovecharán.

No aceptes nada de ellos, no te dejes manipular, no les sonrías, usa pantalones y vete lo menos femenina...

A Jiro les parecía raras esas cosas que le decía una niña mayor que ella, pero decidió hacerle caso.

Huye, solamente huye, corre, no los hagas enojar.

"Jiro, acercate" Dijo un hombre de los que nos cuidaba.

Jiro ya sabía las reglas y ella escuchaba la voz de su hermano de que se alejase.

La pequeña corrió y se ocultó entre un ropero y la pared, se oían las pisadas, la pobre Jiro no sabía que ocurriría cuando ese hombre llegase... pero algo en su interior le decía que nada bueno le ocurriría.