L.2 Capítulo 14

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¿Por qué las cosas cambian de un momento a otro?

No sé qué decisión tomar, todo es confuso, pasé de tener 0 oportunidades a tener mi sueño en bandeja de plata.

¿Por qué no puedo aceptar? ¿Por qué debo ser tan cobarde?

Esas malditas decisiones tan importantes y difíciles de escoger, antes no tenía este tipo de oportunidad, ¿Por qué tengo que ser tan idiota?

Estoy molesto conmigo mismo por no querer decir “sí, quiero asistir a Yuuei”, odio ese miedo al fracaso, a las burlas, a esas miradas.

Tengo tanto miedo de decidir y lo peor es que todos quieren lo mejor para mi, nadie me va a decir ve o decirme no vayas.

No le voy a decir a Ochako sobre esto, ella me dirá lo mismo que Toshinori.

Y si rechazo no lo sabrá, pero si acepto quiero aparecer en la puerta de Yuuei como si nada, deseo que todo sea una sorpresa.

Es mejor guardar silencio con mi querido petirrojo…

Izuku Yagi

29/12/2018
10:30 am

Lavaba los platos y tazas del desayuno, estaba sumergido en mis pensamientos; anoche tuve bonitos sueños y horribles pesadillas. Luego de lo de ayer, mi mente es un caos por esas decisiones.

Ingresó a la cocina Toshinori, me di la vuelta y lo miré, se veía feliz por alguna razón.

-Shota y Hitoshi vendrán a comer- Dijo con una sonrisa.

Genial, lo que menos deseaba era ver al Sr. Aizawa en estos momentos.

-Voy a ir a pintar- Dije al terminar mi último plato.

Me fui al estudio, me sentía molesto por la llegada de él, sentía que me estaban refregando la situación en la cara.

Al llegar al estudio, agarré un lienzo y lo dejé en el atril; saqué pinturas de distintos colores y me las llevé; solo faltaban los pinceles.

Miré el lienzo y fruncí el ceño -A la mierda los pinceles.

Estaba furioso pintando con mi manos, la única manera de traspasar mi ira de una mejor forma en mis pinturas, es usando mis manos como el pincel.

No sabía cómo mi pintura se transformó en una celda que encerraba a una sombra verde, afuera de ella habían sombras negras riéndose de la prisionera.

Me limpié las manos con un paño; me di la vuelta y me topé a Hitoshi observando mi pintura.

Grité asustado y cubrí la pintura con mi espalda, sabía que era inútil, que ya la vio, pero temía escucharlo criticar.

No quería escucharlo, tenía miedo, no estaba preparado para que otra persona más viera mis pinturas.

Miré la cara de preocupación de Hitoshi, solo pude correr a mi habitación y encerrarme.

Soy un exagerado, en definitiva lo era…

No sirvió de nada la terapia, seguía igual, continuaba siendo un cobarde.

-¿Izuku?- Dijo Hitoshi al otro lado de la puerta -Lamento haberte asustado, quería ver las pinturas del tío Toshinori…

Genial, piensa que fue por el susto.

-Oye, dudo que en lo poco que llevas aquí, hayas aprendido a pintar de esa forma- Continuó -Pintas bien, ¿Fuiste tu quien hizo el graffiti de la Sra. Nana?

Rescataré tu sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora