Capítulo 39

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Izuku Midoriya

Nunca pensé que le resumiría mi vida a un policía en dos horas, jamás vi posible estar sentado viendo a adultos hablarme de cual era mi situación actual, pero sin poder escucharlos, solo podía ver como movían sus labios.

El sonido no salía, ¿Qué iba a suceder conmigo?

Obviamente estaré tres años en un hogar de acogida, y luego ¿Qué?

Me soltarán a la calle.

¿No es el mismo destino que iba a tener en casa?

¿Qué diferencia hay si continuaré estando solo?

¿Quién dice que no me lastimarán?

Estoy harto de todo.

"Ahora estarás en un mejor lugar, ellos ya no te harán daño"

¿Mejor lugar? ¿Cree que soy idiota? ¿Cree que porque ellos están en prisión yo seré feliz?

Por favor, usted es un adulto, sabe que en esos lugares no cantan canciones y bailan felices de la vida.

Sé que pasé de un infierno a otro.

Estoy cansado de que ellos me miren con lástima.

Estoy cansado de pensar todo el tiempo en que si debo vivir o morir.

No quiero continuar viviendo en este mundo de hipócritas.

No quiero continuar pensando si debo vivir o no.

Cerré los ojos irritado por la situación y simplemente grité que se callasen hasta que mi garganta dolió.

Los adultos intentaron tranquilizarme mientras un fuerte pitido escuchaba en mi oído, apreté mis manos formando un puño.

Ya nada tenía sentido, el mundo se ha vuelto una mierda, la luz se ha esfumado, ya no hay vuelta atrás, no siento nada más que dolor, creo que ya es dar el siguiente paso y ser libre al fin, sin estar atado a este mundo.

Mi existencia no fue planeada, ¿Por qué no puedo planear mi final?

Quiero ser libre...

Quiero dejar de vivir en este oscuro pozo, las cadenas ya me han arrastrado a esa oscura cueva sin salida.

Estoy harto de este mundo de hipócritas.

¿Por qué no puedo tener ese cuento de hadas?

04/11/2018
15:30 pm

Han pasado tres días y los recuerdos de esa noche atormentan constantemente la mente de Izuku, el joven de ojos esmeraldas con tan solo cerrar los ojos recuerda todos los fragmentos de forma clara y nítida, provocándole un fuerte dolor en el pecho, como si le estuviesen apuñalando constantemente su frágil y atormentado corazón.

Él estaba cansado de escuchar repetitivamente la voz de su madre, tal vez esa mujer encerrada entre rejas jamás lo volvería a lastimar, pero para la desgracia de Izuku, el recuerdo del daño que le hicieron sus padres jamás podría ser curado...

O eso es lo que él piensa, porque en los momentos de dolor nos cegamos y cerramos los ojos sumergiéndonos en la oscuridad, pensando que no hay cura, que el sol jamás volverá a aparecer, pero estamos equivocados, es algo que nuestra mente quiere pensar, porque tal vez no ahora y tampoco mañana todo volverá a brillar, pero si abres los ojos y enfrentas el pasado, con el tiempo lograrás alcanzar los rayos de luz.

Las cadenas no son eternas.

Izuku sentía picazón en las muñecas, sentía que éstas le exigían volver a ser abiertas, en su mente pensaba que era la única forma con la que podría borrar los recuerdos de lo que ocurrió esa noche de Halloween.

Rescataré tu sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora