El cielo azulado nos maravillaba, a pesar de ser invierno, la brisa era cálida y ninguna nube parecía querer mancillar el manto azul.
Un día hermoso, brillante y resplandeciente para aquel barrio común y corriente. No era un sector glamoroso y millonario, pero no era peligroso.
Ese barrio era normal, común y corriente para los estándares de personas trabajadoras y esforzadas.
En este barrio había una pequeña casa de dos pisos, bastante hermosa y hogareña, la cual parecía ser como cualquier otra.
La futura arrendadora amó esa casa que se encontraba a un bajo costo desde el minuto uno, un pequeño patio para su futuro hijo y dos dormitorios.
Una bonita casa llena de sueños…
El pequeño de cabellos revueltos corría por el jardín con una gran sonrisa mientras jugaba, ya tenía cuatro años y creía ser lo suficientemente grande para salir a jugar solo o mejor dicho huir de esas paredes que lo encerraban en esa realidad.
La sonrisa de ese niño, no era alegre, en realidad era actuada como su madre le había explicado.
“Sonríe, sonríe y solo sonríe”
“No digas nada de lo que pasa en casa”
“Tu padre no es un hombre malo”
Ante la lógica del pequeño, lo último no tenía sentido, ¿por qué ese hombre no es malo si los golpea?
¿Golpear está bien aunque duela? ¿Él debía ser como su padre?
No y más no, el pequeño no deseaba ser como su padre, él deseaba cuidar a su madre de ese hombre malo, jamás podría lastimar a una persona.
Gritos y llantos, era un día soleado y las aves cantaban, una combinación escalofriante y siniestra, un recordatorio de que la maldad no tiene hora y clima.
El sol y el cielo azul no son un significado de seguridad cuando vives con un monstruo tan cruel como ese hombre.
Ese niño pequeño de gran corazón lo sabía en carne propia, entendía bien que mientras vivas bajo el mismo techo de esa persona, nunca estarás a salvo.
Desgraciadamente (en realidad no), ese niño no se parecía en nada a su padre —al menos en su personalidad, cualquiera que lo vea sabría que es hijo de ese monstruo carismático—; su actitud noble, amable, alegre, empática, pacífica y sensible no estaba acorde de los deseos de ese hombre, ¿cómo su hijo puede ser un llorón tan debilucho?
Ese monstruo quería hacer que su hijo fuese un niño con actitud más ruda y demostrarle cuál era el lugar de una mujer.
La primera vez que vio a su madre ser golpeada se interpuso, tenía cinco años y terminó siendo arrastrado a la bañera repleta de agua helada, que su misma madre la había llenado.
Crudo y doloroso.
Con ropa y zapatos fue arrojado, lo sumergió en las profundidades del agua sin sentir ninguna gota de lástima.
Para finalizar su castigo terminó siendo llevado al jardín trasero para secarse con el mismo sol, fue lento el proceso debido a la ropa y a su vez el clima otoñal no era el mejor.
Sonríe, solo sonríe.
Golpes “suaves” y agua helada, castigos recurrentes en su vida diaria por no ser su calco y defender a su madre.
Esa era la vida de ese pequeño, ese era el pasado de ese niño.
La vida de ese pequeño siempre fue un vaivén de emociones dolorosas y amargas. Las penas en el corazón de aquel muchacho de 15 años no son sencillas de curar.
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Rescataré tu sonrisa
FanfictionVivir es una prisión, las cadenas me aprisionan en la oscuridad, los últimos rayos de luz se han marchado, junto con mis esperanzas hacia un futuro mejor. ¿Alguien puede rescatarme de este oscuro pozo sin salida? Este libro tiene incluida su 2° part...