A ambos lados del pobre niño y del Titán se alcanzaban a oír sonidos y voces extrañas, voces que no son de éste mundo y llantos desgarradores de mujeres como si estuvieran sufriendo el más cruel de los tomentos.
Bruyant: hmmm~ ¿no te parece absolutamente delicioso? -dijo con las manos juntas-. El sonido que produce el Ánima de las pobres personas que nunca alcanzarán el eterno Nirvana ni podrán convertirse en una Seelenwolke, es de lo más hermoso que hay en éste podrido mundo.
Strahl lo observó con ira, pero su terror ante ésta desconocida situación se sobreponía en su corazón.
Strahl: ¡Ca-callate! -le gritó- ¡Solo eres un lunático! ¿Qué podría entender un demente como tú de lo que es hermoso?
Bruyant: hmmmm~ -dijo abriendo levemente sus ojos y sonriendo nuevamente- al contrario, mi querido niño. ¿Qué podría saber un niño como tú de lo hermoso que puede resultar el sonido para un ciego como yo? Ah~ es triste, ¡tan triste! ¡Un pobre hombre que nació sin la bendición de la vista es insultado por un niño dotado con los poderes que sobrepasan a los dioses! Es triste, ¡tan triste! -repitió, poniendo empeño en quebrar la voz.
Strahl vaciló un momento, su determinación flanqueó un momento, pero su temor seguía siempre presente.
Vari: que no te haga dudar, niño -dijo poniéndole una mano en el hombro-. El sonido que estamos escuchando a nuestro alrededor es probablemente el lamento de las Ánimas de las personas que ese demente asesinó.
Bruyant esbozó una sonrisa más tétrica que la anterior.
Bruyant: hmmm~ es tan perspicaz como se esperaría, mi estimado señor Titán. Eso solo hace que quiera matarte aún más -dijo con un tono retorcido-. Puedo oir tu voz tan bien como puedo oir temblando las piernas de ese sucio mocoso, solo rindanse de una vez.
Vari: ¡Lavate la boca dos veces con agua bendita por la luz de Aniki antes de hablar sobre mi protegido! -dijo, apuntándole con la katana.
En el Estado espiritual en que se encontraba, Vari no podía hacer gran cosa. Solo controlar el lugar donde caerían los rayos si les apuntaba con la katana. Un poderoso rayo cayó del cielo, directo a la cabeza de Bruyant.
Sin embargo, el Rayo no le hizo ningún daño. El ciego diácono estaba constantemente cubierto por una barrera de sonido leve, que se convertía en gritos desgarradores al entrar en contacto con algún ataque. Esos mismos gritos desviaban el ataque hacía un lado y mantenían ileso a Bruyant.
Bruyant: hmmm~ no, no, no, señor Titán. Usted no puede decir semejante barbaridad -dijo, su voz una cruel burla. Dió dos aplausos con sus manos juntas y dijo:- "Tengu: Jirōbō de Shiga"
Un sonido aún más extraño y fuerte que el anterior se impuso sobre los otros. El chillido de un ave lejana que se acercaba más a cada ssegundo. Un fuerte golpe le dió a Strahl en la cabeza, y unos rasguños como hechos por garras se marcaron en su infantil rostro, sin que ni él ni Vari pudieran ver al atacante.
Vari: ¡Strahl! -gritó preocupado al verlo-. ¿A dónde se fué? ¿¡Quién fué el desgraciado que se atrevió a ponerle la mano encima!? -grito mirando para todos lados.
Strahl: n-no lo sé -dijo con la voz quebradiza. El pobre niño tenía que esforzarse por no romper en llanto-. No puedo ver nada, por ningún lado -dijo también buscando con la mirada.
Bruyant: hmmm~, están viendo con sus ojos -dijo, sus Palmas aún Unidas en son de oración-. Aunque a ustedes eso les parezca redundante. Están viendo con sus ojos, pero no pueden verlo. Yo puedo verlo, a pesar de ser ciego. Lo veo de la misma forma en la que los veo a ustedes. Es tan hermoso, mi preciado Jirōbō~ -dijo sacando su lengua para lamerse los labios.
Otra vez ese sonido estruendoso se acercaba. El chillido incesante del ave que se les venía encima les hacía estremecerse por el horrible sonido. Vari agitó su Katana por doquier a su alrededor, haciendo que caiga una serie de rayos uno tras otro en círculo al rededor de él y Strahl, pero fué inútil.
El niño recibió otro golpe, ahora mucho más potente que el anterior que casi lo hizo caerse de los escalones invisibles donde se encontraban.
Vari: ¡Mierda! -dijo, más con impotencia que con ira-. Niño, sabes que pedirte que hagas el Ligamentum animae es lo último que quiero, pero a éste paso...
Strahl: no -dijo poniéndose tambaleantemente en pie
Vari: ¡Strahl! -dijo casi regañandolo-. No tenemos opción! En mi Estado actual no puedo hacer nada, necesito volver a mi forma física para--
Strahl: ¡Siempre hay otra forma! -gritó. Su repentino cambio en la hoz hizo que Vari se le quedé viendo sin decir nada, levemente sorprendido.
La cosa invisible con sonido de ave, Jirōbō, seguís viniendo una y otra vez impidiendo que Strahl pudiera levantarse. La camisa del niño estaba hecha trizas, y su infantil espalda ya estaba sangrando a causa del constante ataque... Pero no estaba llorando por eso.
Strahl: Una y otra vez... -dijo derramando impotentes lágrimas-. Una y otra vez... Tienen que venir a rescatarme. Si no era papá, era mamá... O mi hermana dándome consuelo... Ahora tú. Siempre digo que voy a proteger a Feuer, siempre presumo por cualquier cosa pero... ¡Pero! -dijo golpeando el escalón
Vari: Strahl... -dijo, recién conociendo la profundidad de los sentimientos de su protegido.
Strahl: ¿¡Qué tan patético e inútil puedo llegar a ser!? -dijo recibiendo aún los constantes ataques del ave invisible-. Siempre teniendo que depender de los demás para rescatarme porque soy un cobarde... -de un momento a otro, levantó su mano al cielo.
Densas nubes negras comenzaron a cubrir el cielo, y poderosos truenos llenaron el aire.
Bruyant:¿hmmm? ¿Qué está...? -dijo confundido
Strahl:... ¡Pero no está vez! -dijo gritando, al tiempo que un enorme rayo caía sobre el haciendo un sonido ensordecedor.
Por un leve instante, se pudo ver a Jirōbō reflejado por la intensa luz del relámpago. Su cuerpo era el de un hombre, pero tenía alas, patas y rostro de ave. Su pico era retorcido y curvado, sus ojos rojos y vacíos, y sus garras largas y negras.
Cuando el grueso rayo cayó sobre la cabeza de Strahl, Jirōbō se estaba acercando para atacarlo. Pero el sonido del rayo fué mucho mayor que el de sus constantes chillidos; y como si dependiera de cuando fuerte es su sonido para vivir, desapareció al momento de chocar contra el Rayo, o mejor dicho, al escuchar el estruendo del rayo.
Bruyant:¿¡hmmm!?¡Él... Cubrió su propio cuerpo con electricidad... Así como yo me cubrir con sonido! -pensó asombrado-. Con solo ver mi técnica maldita una sola vez ya es capaz de imitarla con su propio estilo... ¿Quién es éste mocoso?
Strahl: lo siento, Vari. No es por despreciar tu ayuda pero... Ésta vez, usaré lo que el tipo de la máscara me prestó -dijo sacando lo que parecía ser una espada rota.
Ante los atónitos ojos del Titán, unos rayos celestes cubrieron la espada, y formaron el látigo de electricidad que en el pasado le pertenecía al capitán de los caballeros, Perrs del trueno, al servicio de su Majestad el Rey Eurist.
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A que no sabían que ese látigo era un foreshadowin
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La ultima sombra de estos tiempos
FantasyEn un mundo donde abundan la magia elemental; como el viento y las plantas para uso diario, la tierra para usos agrícolas, el fuego para los Caballeros, el rayo para la élite, el agua para los nobles, y la Sombra y la Luz para muy pocos; un chico qu...