El enorme hombre-ave se lanzó directo hacia el niño usando su afilada espada hecha de lágrimas como su cuerpo con un grito desgarrador. Strahl, aunque asustado no abrió los ojos.
Aun era capaz de verlo, solo por el sonido. El ruido que emitía, el sonido de las gotas de lágrimas moviéndose de un lado a otro en su cuerpo, el sonido que hacia el viento al quebrarse cuando aquella criatura pasaba por ahí, todo le permitía imaginarlo fácilmente.
Además, todo lo anterior dicho también se aplicaba al lugar donde estaban, pues el santuario hecho en su totalidad de sonido denso se emitía siempre un leve murmullo. Ahora que era capaz de ver no sólo a su enemigo, si no a su entorno, era mucho más fácil para Strahl luchar... Si tenía el valor suficiente para hacerlo.
El niño saltó hacia atrás, esquivando la primer tajada y luego la segunda; y cuando ya estubo a cierta distancia, en un arrebato de valentía lanzó la punta de su látigo eléctrico hacia Sagamibō con la intención de que el mismo rodee su espada para poder quitársela.
Grande fué su decepción cuando en lugar de enredarse el látigo solo paso de largo como si hubiera atravesado agua.
Vari no se quedó atrás, en el constante afán de intentar ayudar a su protegido apuntó al tengu con su katana, que es todo lo que podía hacer en ésta forma, y desde las nubes un rayo le cayó en la cabeza. El impacto hizo que Sagamibō explote en varias gotas que se desperdigaron por todos lados.
Vari: ¡Lo logramos!
Pero a Strahl le parecía que aquello era demaciado fácil. Y en efecto, no se equivocaba. Las gotas comenzaban a unirse todas otra vez formando lentamente el cuerpo de Sagamibō otra vez.
Strahl: ¡Mierda! -gritó asustado- ¿¡Como puede hacer eso!?
Comenzó a lanzarle latigazos al tengu mientras aún se formaba, pero lo único que logró fué retrasar un poco su unión.
Bruyant: hmmmm~ es inútil -dijo con una sonrisa retorcida-. No pueden destruirlo, está hecho de lágrimas. Es decir, líquido. El agua es un conductor de la electricidad, así que sus ataques no tendrán el más mínimo efecto en él.
Vari: ¿¡Qué Diablos dices!?
Strahl: ¿¡Agua!? -dijo intentando esquivar los ataques del hombre-pajaro defendiéndose inútilmente con su látigo.
Cada golpe, cada latigazo, cada rato expulsado desde las manos del niño, solo abrían un agujero en el tengu hecho de lágrimas, agujero que pronto volvía a cerrarse.
Vari: pero si está hecho de agua, eso podría ser bueno ¿no crees? Sus ataques serán como salpicaduras
Strahl: ¿tu crees? -dijo distrayendose un momento.
Bruyant esbozó una siniestra sonrisa cuando la espada de Sagamibō atravesó el infantil hombro de Strahl. El niño gritó de dolor mientras el Titán corría a él completamente aterrado.
Bruyant: idiotas -dijo aún sonriendo-. No es sólo lágrimas. Sagamibō está protegido por una leve barrera de sonido como yo, y cuando ataca con su espada, hmmmm~, concentra toda la barrera en el filo de la misma. No se confundan, su espada es tan, o más peligrosa que una espada normal.
Strahl cayó de rodillas agarrándose el hombro sangrante. La espada de Sagamibō había absorbido un poco de la sangre del niño, la suficiente como para cubrir su filo de la misma. Justo cuando levantó el arma para dar el golpe final, un rayo le cayó en la cabeza al tengu para volver a dividirlo en mil gotas.
Vari: ¡Strahl, corre!
Bruyant: y cuando absorbe la sangre de sus enemigos... -siguió explicando.
Strahl a duras penas logró levantarse y comenzar a huir.
Bruyant: hmmmm~, la velocidad y fuerza de su víctima le son añadidas a las suyas propias -dijo finalmente manteniendo siempre su sonrisa.
Strahl había comenzado a correr por todo el santuario dejando una estela de azules rayos a su paso, intentando despistar al tengu. Nunca se esperó ver al hombre pájaro a su lado, corriendo a la misma velocidad que él.
Le lanzó un Corte directo al cuello, pero el niño logró lanzarse al suelo de rodillas y pasar por debajo del abanico que formó Sagamibō con su espada.
Vari: ¡No te detengas, niño, sigue huyendo! -dijo impotente-. Mierda... ¡Mierda! ¿¡Cómo es que puedes ser capaz de manipular tus lágrimas y la sangre de la gente, maldito!?
Bruyant: hmmmm... Si se van a morir de todas formas supongo que puedo contarles un secretito. El sonido no es mi magia.
Vari: ¿¡Qué!? -dijo confundido
Bruyant: lo que escuchaste. Hmmm~, la manipulación del agua es mi magia. El control sobre el sonido solo fué la maldición que mi señor Necromancién tuvó la misericordia de brindarle a su humilde servidor.
Vari: ¿maldición...?
Desde tiempos inmemoriales, a la magia de los "Demonios" u hombres sombra, es decir, los descendientes del tiran oscuro, ha sido conocida no como magia si no como maldiciones. Cada sombra tiene una habilidad distinta. Por ejemplo, sabemos que la sombra de Jane le permite robar cosas de otras personas, incluidas heridas y enfermedades (véase en los primero capítulos), por lo tanto, su maldición se llama "Robar".
Entre los demonios hay un arte antiguo conocido como " Extracción de la maldición". Cuando un demonio mata a otro o lo deja fuera de combate, es capaz de extraer su maldición y quedarsela para sí mismo o dársela a otro. Hay rumores que dicen que también pueden dárselas a otras razas, como humanos y hombres-bestia.
Mientras Bruyant y Vari hablaban, Strahl hacia lo posible para esquivar los ataques y Cortes de Sagamibō. Ambos se movían a la velocidad del sonido, por lo cual era imposible verlos.
Strahl saltó hacia la derecha cuando el tengu le dió una estocada. El niño con su látigo cortó por la mitad el cuerpo de su enemigo, en vano, pues se volvió a unir en cuestión de segundos.
Pero strahl perdía cada vez más sangre por su herida a medida que se movía, lo cual lo hacia sentirse cada vez más débil. No logró esquivar una tajada a tiempo, y recibió una herida profunda en la pierna. Se tropezó y comenzó a girar por el suelo del santuario hacia casi las escaleras.
El tengu se abalanzó sobre él, y cuando el strahl intentó esquivarlo, el hombre pájaro clavó su espada en su brazo izquierdo, luego en el derecho, y finalmente le dió una patada en el estómago para tenerlo en el suelo.
Vari: ¡STRAHL! -dijo comenzando a correr hacia ellos.
El tiempo ahora transcurrió en Cámara lenta. Para strahl siempre era así, todo iba extremadamente lento. El niño, bastante exhausto hacia ahora en el suelo con un monstruo sobre él. Vió con lágrimas en los ojos como Sagamibō levantaba su espada por sobre su cabeza, dispuesto a clavarsela en la frente.
Strahl (pensando): entonces... Así es como voy a morir... -pensó con tristeza-. Lo lamento, hermanita... No pude protegerte como prometí... -dijo volteando hacia el bosque y estirando su bracito inútilmente hacia la dirección donde se había quedado su hermana-. Lamento ser tu inútil hermano mayor...
La voz de Feuer llegó hasta sus oídos, pronunciado aquella palabra que desde hacia años le provocaba pesadillas.
Feuer: "Vulcano"
Una enorme explosión de 9 km de diámetro de lava y puro magma ardiente estalló desde las profundidades del bosque directo hasta el cielo. Strahl entonces lo supo: su hermana esta ahí, luchando con todas sus fuerzas. Usando una habilidad que prometió jamás usar otra vez en su vida para salvar a su pueblo y ayudar a sus nuevos amigos... ¿Y él se iba a rendir inútilmente?
No lo iba a permitir. Volteó hacía Sagamibō, y sus ojos se iluminaron con una luz amarillenta. Justo cuando el terrible tengu iba a clavar su espada en la frente del niño, miles de Rayos dorados salieron del cuerpo del mismo creando una enorme explosión eléctrica.
ESTÁS LEYENDO
La ultima sombra de estos tiempos
FantasyEn un mundo donde abundan la magia elemental; como el viento y las plantas para uso diario, la tierra para usos agrícolas, el fuego para los Caballeros, el rayo para la élite, el agua para los nobles, y la Sombra y la Luz para muy pocos; un chico qu...