Roxy cerró su mochila, cargada con el vestido de la fiesta y poco más. Observó la tienda, donde había estado durmiendo junto a sus amigas, ya se encontraba vacía. Al salir vio a todos los estudiantes despidiéndose unos de otros. Era conmovedor ver su alegría y lástima al marcharse, como si realmente no hubieran sufrido un ataque hacía apenas unos días. La fiesta había ayudado a calmar los ánimos.
En verdad, ella también sentía algo de lástima al irse, iba a extrañar a sus amigas, a Lee y a Peters. Cuando llegó se sentía bastante perdida, sus poderes eran prácticamente un enigma para ella, incluso pensó que su magia era defectuosa, pero resultó ser más poderosa de lo que alguna vez imaginó. Tenía miedo, y ahora tal vez se encontraba más confusa que antes. Pero después de todo lo ocurrido, sabía que tenía potencial, que su magia podía ser un arma de doble filo, y trataría de darle el mejor uso. No iba a permitir que tiraran por tierra su trabajo, ni que la utilizaran.
«A lo largo de la historia ha habido fuerzas tan poderosas, que muchos han intentado aprovecharse de ellas» dijo una vez la profesora Gutenberg en su clase de historia. Y Roxy era consciente de que si en verdad poseía ese poder que la directora decía, tal vez alguien lo reclamaría tarde o temprano. No era tonta, ni tan ignorante a lo que se avecinaba. Era consciente de que ahora todos tenían los ojos sobre ella, pero se esforzaría para que eso no la afectara.
—Roxy.
Roxy sonrió al ver a Lee y lo abrazó.
—Todavía no te has ido.
—Claro que no. No podía irme sin despedirme.
Roxy lo beso en los labios.
—Te voy a echar de menos.
—Y yo a ti. Te llamaré en cuanto pueda, lo prometo.
—Bien.
Se besaron de nuevo y permanecieron abrazados durante un rato. Lee se sentía en las nubes en aquel momento. Roxy era como una tormenta, pero a él le transmitía mucha calma.
Le dio un fuerte beso en la mejilla, haciéndola reír, y luego besó su mano con gentileza.
—Ya te estoy echando de menos —dijo antes de tener que soltar su mano por la distancia.
Roxy rio, algo nerviosa, y le lanzó un beso, despidiéndolo con la mano. Le habría gustado poder verlo durante el verano, pero tal como era la familia del genio, agradecía que al menos la llamara.
Anthony y Abraham habían venido en una nave a recoger a Peter y Lex. Ambos se encontraban observándolos desde una ventana. Peter estaba despidiéndose de Beck y Lex de Di.
Abraham rodeó por la cintura al mago y beso su mejilla.
—Son muy monos —dijo admirando a las dos parejas.
—Sí. Todavía me acuerdo de cuando jugaban a ser superhéroes y discutían sobre quién debía ser rescatado.
—Al final me tocaba hacerlo a mí.
Ambos se rieron.
—Beck es un buen chico. Él no es como Bardo —aseguró el elemental.
—Lo sé. Eso no me preocupa.
—Te inquieta más que se involucre con Darion, ¿verdad?
—Puede... Adoro a Darion, pero esa familia tiene una carga demasiado grande y muchos enemigos. No quiero que salpiquen a Peter.
ESTÁS LEYENDO
La magia de Avalon: Bienvenidos [Libro 1]
FantasyAvalon es una escuela de magia, creada para unir a todos los seres mágicos del mundo: sirenas, hadas, magos, harpías, centauros, faunos... Con la idea de terminar con cualquier tipo de discriminación, dando fin a la desigualdad y el odio en el mundo...