Capítulo 61: Fuego de dragón

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Roxy apareció un destello cuando abrió los ojos de nuevo, la luz del fuego que le rodeaba. Se incorporó, alarmada, adolorida por el golpe. Su habitación se encontraba en llamas y la pared del balcón completamente destruida. Pero ella estaba bien.

El impacto la había lanzado contra la pared, dejándola inconsciente, pero el fuego no le hacía nada, todo lo contrario, las llamas la estaban protegiendo. Observó sus manos y vio como el fuego recubría todo su cuerpo, como un escudo protector. Se levantó tambaleándose un poco y se asomó a la calle. Había estado sin conocimiento aproximadamente media hora, y en ese tiempo, había estallado el caos.

Las alumnas de tercero intentaban evacuar a sus compañeras del edificio, que se caía a trozos por el incendio, mientras Vanyan y Peters hacían frente a los demonios que habían tomado la escuela. El patio se había convertido en un campo de batalla.

Roxy pudo ver a sus compañeras abajo. Las naves se encontraban en el hangar de la escuela Sur, por lo que no tenían transporte para escapar, solo les quedaba huir al bosque por su propio pie. No tenían otra opción más que pelear para poder abrirse camino.

Roxy corrió por los pasillos tratando de salir del edificio, siendo protegida por su propio fuego. Había chicas corriendo de un lado para el otro, perdidas en el caos. Trato de ayudar lo más posible, indicándoles una salida segura o asistiendo a las heridas.

—¿Estás bien? —pregunto a un hada a la que casi se le cae un trozo de techo encima.

—Sí.

—¿Puedes volar?

—Sí.

—Bien. Toma a tu amiga y salid por ahí. —Señaló un agujero en la pared—. Rápido, antes de que esto se venga abajo.

—¿Y tú?

—Yo iré por las escaleras.

No podía cargar con dos y ellas estaban heridas.

—Gracias. Ten cuidado.

Las chicas se marcharon y Roxy siguió avanzando. Se topó con un gran agujero en las escaleras y por poco cae dentro. Saltó al otro lado y terminó rodando un par de tramos hacia abajo. Gimió de dolor, mientras se levantaba, y se sintió aliviada al comprobar que solo le quedaba una planta por bajar.

De repente escuchó gritos procedentes de un aula; cuatro chicas se habían quedado atrapadas, y el humo las estaba asfixiando.

—¡Socorro! ¡Ayudadnos! —reconoció la voz de Amanda.

El edificio se caía a trozos, por lo que disparar a la puerta no era la mejor opción, el techo se les vendría encima. El fuego se encontraba frente a la puerta, por lo que las chicas no podían salir, si la abrían el fogonazo las abrasaría.

—Mierda, ¿qué hago? —se preguntó Roxy por un momento.

Observó sus manos y el fuego que las recubría y volvió a mirar la puerta. Sabía que el fuego que envolvía su cuerpo no era común, era mágico, no podías sofocarlo con agua, pero tal vez pudiera absorber el de la puerta.

Se aproximó a ella y trató de tocar el fuego, pero este no la dejó. Casi podía escuchar cómo rugía y se incrementaba cuando intentaba acercarse más.

Ahora comprendía de que la protegía aquel escudo.

—¡Ayuda! —gritaron las chicas de nuevo mientras tosían.

Tenía que sacarlas de ahí.

Sentía un cosquilleo en el pecho, era como si su propio corazón tratara de darle la respuesta. Cerró los ojos y concentró su magia en ese punto. Comenzó a sentir como una energía la llenaba y estallaba de golpe en su interior. El fuego se meció y comenzó a ir hacia ella, impactando contra su pecho. Soltó un grito ahogado y sus pies se elevaron unos centímetros, mientras el fuego que cubría la puerta entraba dentro de ella.

La magia de Avalon: Bienvenidos [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora