Epílogo

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La habitación se iluminó cuando el último extracto de cristal se diluyo del todo en aquel líquido oscuro, volviéndose de color magenta, iluminando el rostro del hombre. Desenrolló un pergamino que levito en el aire frente a él. Tomó una vía, conectada a un fino tubo, y se inyectó el líquido en las venas, mientras recitaba un conjuro. Sus venas brillaron por todo su cuerpo, llenándolo de magia. Dolía como si se estuviera inyectando fuego, pero no desistió, hasta introducir en su cuerpo la mitad de aquella extraña pócima.

Cayó de rodillas en el suelo por un momento, adolorido. Sus ojos brillaron parpadeando varias veces hasta volver a su estado normal, dejándolos tan oscuros y sombríos como siempre.

Iluminó su mano, admirando la magia de aquel cristal.

—Lo que no te mata te hace más fuerte —dijo con burla, antes de echarse a reír.

Se sacó la vía, tomó una bolsa que tenía dentro el resto del líquido, y salió de la habitación. Entró en otra sala más amplia, donde se encontraba un hombre de cabello blanco y piel pálida, moribundo, tumbado en un sofá. Conecto la vía que tenía en el brazo a otro tubo y este a la bolsa.

—Vamos, funciona —rogó entre susurros.

Recito de nuevo el conjuro cuando el líquido entró en el cuerpo del hombre, y para su regocijo, funciono. Su salud mejoraba, ya no parecía estar a punto de abandonar este mundo.

Sonrió y lo tomó de la mano.

—Hola, mi amor. Siento no poder hacer más. Esa desgraciada ha escondido el otro cristal. —Habló con rabia—. Es más lista de lo que pensaba. —Acaricio su rostro—. Pero tranquilo, porque tengo el poder suficiente para dar el siguiente paso. —Se levantó y se colocó frente a lo que parecía un lavabo, lleno de humo negro. Con un movimiento de su mano hizo aparecer frente a él la imagen de Roxy, partiendo de Avalon, de vuelta a casa—. Ella podría ser la clave para traerte de vuelta. Tiene mucho poder.

—Kay —lo llamó el hombre a duras penas.

El brujo se acercó rápidamente a él y tomó su mano de nuevo.

—No te fuerces, amor mío. —Besó su mano—. Necesitamos más poder, pero ya sé cómo conseguirlo. —Observo la imagen de Roxy de nuevo—. Avalon se creía muy lista, pero creo que ya sé dónde está el último cristal.


Y terminamos... Joder.

 Joder

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La magia de Avalon: Bienvenidos [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora