Capítulo 48: El ritmo de la jungla (Misty y León)

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En la última semana de mayo, los alumnos de primero de Avalon realizaban la prueba de la jungla, un examen conjunto entre las dos secciones del colegio. No solo era la primera vez que las dos escuelas se juntaban para las clases, sino también la primera vez que los estudiantes utilizarían sus poderes libremente. La isla era cambiante, cada pareja se toparía con un recorrido y escenario diferente, por lo que no era algo precisamente seguro. Sin la transformación era bastante complicado de superar.

El grupo de la escuela Norte fue el primero en llegar, a través de un portal, acompañados por Vanyan y Peters. Emergieron en un acantilado junto a la playa.

Roxy llegó a la isla algo nerviosa, era la única de todo el curso que no tenía su transformación, lo cual implicaba que, probablemente, sería una carga para su compañero.

Cuando el portal se cerró, Roxy sintió un fuerte azote del viento tras ella, que provocó que se diera la vuelta. En la distancia divisó una serie de islas, cada una más alejada que la otra. Aquella zona se apreciaba cada vez más oscura, a pesar de que se encontraban en pleno día. Un escalofrío recorrió todo su cuerpo, pero no podía apartar la mirada de aquel lugar, como si estuviera buscando algo.

—Dan miedo, ¿verdad? —comentó Lizzy, con la vista también fija en las islas. Roxy se sobresaltó un poco—. Me dio un vuelco al corazón la primera vez que las vi. Siempre tengo una sensación extraña cuando las miro.

Lizzy hablaba como si realmente algo la perturbara de aquellas islas, pero lo más raro, era que Roxy se sentía igual.

—¿Qué es ese lugar?

—Son las islas perdidas —contestó Peters—. Esta es la última isla antes de llegar al confín del mundo, según dicen. Nadie ha regresado nunca de allí.

—Ni siquiera en el mar se sabe qué habrá ahí abajo —contó Lizzy—. Lo llamamos la zona oscura, porque no se percibe ni una sola luz. Aunque sí debe haber algo de vida allí, porque nadie nunca ha vuelto. Está prohibido ir. Es demasiado peligroso.

A Roxy le inquietaron aquellas respuestas. «Detesto el mar» pensó, atemorizada. Y es que desde que su padre y Claus murieron en este, el océano le aterraba.

—No penséis ahora en eso. —dijo Peters—. Vamos, tenemos que bajar a la playa.

—Que nadie se separe del grupo —escucharon decir a Vanyan al frente.

Lizzy agarró a Roxy de la mano y la instó a seguirla, para juntarse con el grupo y bajar a la playa. Una vez allí estuvieron tranquilas, hablando, mientras esperaban a los chicos.

Peters y Vanyan se encontraban sobre el pasto, mientras las chicas aguardaban en la arena.

—Me encanta la prueba de la jungla, aunque me pone algo nervioso —le dijo Peters a Vanyan.

—¿Sabes que eres el único profesor que se emociona por dar clase? —comentó el elfo.

—Es que estáis todos resabiados ya. —Vanyan rodó los ojos—. Me emociona porque aquí es donde surgen las amistades, los equipos, las hermandades. Y también alguna que otra pareja.

—Que nunca duran.

—Chico, qué negativo eres.

—Y tú qué optimista. Eres realmente irritante.

—¿Cómo fue tu prueba de la jungla?

—Bien. La pase con nota.

—¿En serio? —Peters sonrió, burlón—. Porque me contaron que te pusiste celoso de la pareja de Darion y casi haces que suspendan.

Vanyan trato de mostrarse impasible.

—Falacias —dijo algo incómodo. Peters se rio—. ¿Quién te ha contado eso?

La magia de Avalon: Bienvenidos [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora