Capítulo 42: Examen de defensa

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Shuri se levantó a las seis de la mañana, se vistió sin hacer ruido, se puso los cascos, y salió del dormitorio en silencio, con cuidado de no despertar a León. Comenzó a calentar y estirar en el patio, antes de salir a correr, como hacía casi cada día.

- Buenos días, Shuri - lo saludo Darion cerca de la entrada -. ¿Vas a correr?

- Sí. ¿Usted también ha salido a entrenar?

- Claro - mintió el profesor. Venía de la escuela Norte, más concretamente de la cama de Vanyan. Fue a preparar una sorpresa para Sierra con él y Peters, y terminó quedándose más de la cuenta con el elfo. Lo había echado de madrugada porque hoy tenían los exámenes finales -. No te fuerces mucho antes del examen, anda - le insistió antes de entrar.

- Sí, profesor.

Shuri terminó de calentar, encendió la música de sus cascos, y salió de la escuela, manteniendo un ritmo lento al correr.

Hoy eran los exámenes de defensa y canalización de la magia, para Shuri, los más importantes. Desde hacía años, su mayor sueño era entrar en los guerreros de élite algún día. Para ello debía tener un buen nivel en canalización y defensa, y así poder entrar en las prácticas de guerrero. Estas eran las más duras, te preparaban para ser un soldado. Te enviaban a misiones, de las que a veces podías volver algo malherido, por eso era tan difícil entrar. Un guerrero debe estar preparado para todo, en batalla no había cabida para débiles ni segundas oportunidades. De ese grupo de estudiantes de prácticas, los guerreros de élite ofrecían plazas para entrar en el equipo de novatos, a aquellos que demostraran estar a la altura. Si quería ganarse ese puesto, debía entrenar duro desde ya.

Shuri solía entrenar solo en las mañanas, sobre todo perfeccionando su resistencia. Se esforzaba mucho en las clases, y practicaba a menudo con León. Debido a su secreto, no solía entrenar con sus amigos, le daba miedo que se dieran cuenta, así que pocos sabían el nivel que realmente tenía. En clase estaban demasiado agotados como para fijarse en él.

Después de varios kilómetros corriendo, volvió a estirar y se puso a hacer unos ejercicios. Trato de practicar solo para el examen de defensa; aunque era un poco difícil hacer llaves sin compañero, pero al menos recordó los movimientos. Cuando se detuvo para tomar agua, escuchó ruidos cerca, como golpes o algo rompiéndose.

Se acercó al lugar del que procedían y allí vio a Lana, rompiendo tablas de madera que flotaban en el aire a su alrededor, a distintas alturas. Las alzaba con su magia y rápidamente iba rompiéndolas por la mitad; con una patada, un puñetazo, ¡hasta con la cabeza! Era fascinante.

Shuri quedó alucinado ante la habilidad de la chica, su técnica era impecable, ni siquiera parecía tener marcas por el impacto. Sabía bien cómo golpear.

De repente, una pluma en llamas pasó rozando su mejilla, clavándose en el árbol que tenía detrás.

- ¡Ostia! - exclamó por la impresión, cayendo al suelo de culo.

- ¿Por qué me estás espiando? - le pregunto Lana, casi amenazante.

Shuri se levantó, nervioso.

- Lo siento. No te estaba espiando, lo juro. - Lana lo miró con desdén -. Salí para entrenar. - Miro los tablones rotos -. Veo que no soy el único.

- ¿Y terminaste mirándome detrás de un arbusto como los pervertidos?

La cara de Shuri se puso roja.

- ¿Qué? ¡No! Yo... ¡Ag! - Shuri gruño, nervioso y algo avergonzado -. Me llamó la atención lo que estabas haciendo. Disculpa si te he incomodado.

La expresión de Lana no cambió, y se mostró tan fría y seria como de costumbre.

- Pues sigue tu camino, chico - dijo dándole la espalda de nuevo.

La magia de Avalon: Bienvenidos [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora