Capítulo 31: Prendiendo la llama

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Roxy apretó los puños. Las vendas que envolvían sus manos se tensaron. Estaban húmedas, mojadas por el sudor. Golpeo de nuevo las manoplas de boxeo que cubrían las manos de Peters. Este movió el brazo haciendo una curva frente a él, provocando que el hada tuviera que esquivarlo antes de golpear de nuevo.

- Muy bien - la felicito el mago -. Patada. - Alzó la pierna y lo golpeó con la tibia -. Gancho. - Roxy lo golpeó de nuevo, pero en el siguiente movimiento el profesor logró acertarle un golpe en el estómago.

- Mierda - siseó el hada, recomponiéndose enseguida.

- Muy bien. Alto, fiera. Es suficiente por hoy - la detuvo.

Peters se encontraba en chándal, con una camiseta de manga corta; el sudor la apegaba a su pecho, remarcando sus pectorales. Roxy trataba de desviar la mirada de ellos, pero era difícil si su vista daba de frente contra estos.

Respiro algo agitada, cansada por el entrenamiento de defensa. Habían comenzado con algo de boxeo básico, para aprender a golpear como es debido, sin hacerse daño a uno mismo. Al hada le costaba concentrarse durante las clases, con los ojos de todos sobre ella, pero con Peters era todo más fácil.

- Lo has hecho muy bien. Eres buena golpeando. Eres más diestra y fuerte de lo que crees. - Peters comenzó a quitarse las manoplas, desatando el velcro con los dientes.

Roxy bajó la vista a sus manos y empezó a desatar las vendas que las protegían de los golpes. La adrenalina provocaba que le temblaran, y también un poco su ansiedad. Pegar puñetazos había resultado ser reconfortante para calmarla.

- No sé si eso será suficiente - comentó.

Peters dejó las manoplas en el suelo y se acercó a ella.

- Deja que te ayude. - Tomó las manos de Roxy y las desenvolvió con delicadeza. El hada tenía la cara roja, por el entrenamiento, y también un poco por la cercanía del mayor -. ¿Te duelen? - Comenzó a mover sus manos, masajeándolas un poco, estirando para que no se hiciera ninguna lesión.

- No, la verdad. Aunque siento los brazos muy pesados.

- Normal, vaya trote. - Soltó sus manos -. Has hecho un buen trabajo. - Roxy sonrió levemente -. Ahora a descansar el finde. Te lo has ganado. - Le sonrió, amable.

- ¿Puedo practicar con la magia un poco?

- No. Roxy, llevamos con eso toda la semana. Debes descansar. Además, lo haces bien.

- He estado encendiendo y apagando velas por días. Podría intentarlo con más, o incluso probar a hacer una esfera.

- La semana que viene - insistió -. El fin de semana es para descansar. - Le dio un toque en la punta de la nariz con el dedo -. Y te hace falta.

Roxy resopló, sacando morritos en un puchero, que solía hacer cuando estaba molesta, triste, o se sentía mal por cualquier razón.

Peters se rio; comenzaba a diferenciar sus distintas expresiones.

Roxy tomó su bolsa y se alejaron del lago de los mil portales, camino hacia la escuela.

- Sorprendentemente en defensa voy mejorando - comentó el hada.

- A mí no me sorprende - la interrumpió Peters -. Sabía que podías hacerlo.

Roxy sonrió antes de proseguir.

- Pero en canalización apenas he avanzado. Me siento como un bebé aprendiendo a caminar.

- Técnicamente, es como si lo fueras - bromeo Peters, provocando que la chica gruñera -. No te presiones tanto, Roxy. - Se detuvieron -. Canalizar la magia no es fácil y menos con un elemento tan complejo como es el fuego. Alterarte es lo peor que puedes hacer ahora mismo.

La magia de Avalon: Bienvenidos [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora