Capítulo 1: La escuela norte

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El viento viaja a través de los reinos, recorre mundos enteros, mece las hojas de los árboles, y roza nuestro rostro al pasar. El viento lleva nuestros sueños a través de los tiempos y nos guía con su canto, sin nosotros saberlo. Y en aquel momento, fue como si hubiera llevado a Roxy hasta allí.

Apretó la tela de su falda con la mano, con la vista fija en las botas; el ligero azote del viento en su pelo, hizo que alzara la vista y contemplara aquel majestuoso edificio, con el que creyó solo poder soñar.

La escuela de magia de Avalon.

Cerró los ojos y respiró hondo, sonrió con ilusión, y atravesó el hermoso arco violeta de la entrada. Al ser el primer día, el patio se encontraba abarrotado de gente. Había chicas sentadas en el pasto, poniéndose al día sobre las vacaciones; otras nerviosas en los bancos; y algunas volaban sobre las fuentes y hacían demostraciones de sus poderes.

Era un nuevo mundo para Roxy: diferentes razas, culturas, historias... Un mundo lleno de magia, color y música; como sacado de un cuento, así era como lo percibía ella.

—¿Necesitas ayuda? —le pregunto una dulce voz, sacándola de sus pensamientos—. ¿Puedo ayudarte?

Roxy observó a la chica más hermosa que había visto en su vida. Tenía la piel perlada; el cabello rubio, muy claro, atado en una larga trenza que le pasaba la cintura; sus ojos eran azules; y llevaba un vestido de tirantes blanco. Cualquiera que la hubiese visto, creería que se trataba de una aparición divina, como un ángel. Hasta el sonido de su voz se escuchaba como la melodía más dulce.

—Oh, sí, gracias —contestó, algo tímida—. Me vendría bien una mano, no sé dónde tengo que ir.

—Ya veo. —La chica sonrió con gentileza. Hasta su sonrisa era preciosa—. Soy Lizzy.

—Roxy.

—Encantada. ¿Eres nueva?

—Sí. Soy de primero.

—Yo también. Aunque este es mi segundo año. —Roxy la miró confusa—. Es una larga historia. Lo primero que tienes que hacer es registrarte. Ven, yo te llevaré.

—Gracias.

Siguieron el camino de baldosas blancas hasta un hermoso castillo, con los muros en tonos tierra, que con la luz parecían de oro; tenía detalles en lila en las paredes, y unos torreones acabados en cúpula.

—Es un sitio hermoso, ¿verdad? —comentó Lizzy, al ver su expresión fascinada.

—Sin duda. Y yo que pensaba que una escuela sería mucho más triste.

—¿Nunca has estado en una?

—No, siempre he estudiado en casa.

Lizzy miró a Roxy fijamente.

—Oh, estudiabas sola... y no tenías amigos —afirmó, desconcertando bastante a Roxy.

—¿Disculpa?

Ambas se detuvieron.

—Oh, lo siento. No lo he hecho adrede, lo juro. —Roxy la miró confusa y algo incómoda—. Perdona. Soy una sirena telépata, y aún no lo controlo muy bien. Cuando un pensamiento es fuerte o mi propia curiosidad es grande, lo hago sin querer. Lo siento.

—Oh...

—Te juro que no he visto nada más.

La incomodidad de Roxy se esfumó ante la reacción de la chica. No parecía una mala persona.

—Descuida, no pasa nada.

Ambas se sonrieron con gentileza y siguieron caminando hasta la entrada del castillo. Antes de subir las escaleras, Roxy escuchó un murmullo y al girarse observó un pozo brillante de color azul.

La magia de Avalon: Bienvenidos [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora