Capítulo 5: La piedra etreus

339 44 16
                                    

Tras dejar a Roxy en la enfermería, Peters volvió con sus alumnas. Aquel día tenían dos horas de canalización de la magia y defensa, después una hora de pociones, el descanso, historia de la magia y por último astronomía.

Roxy quedo aturdida por el ataque, la cabeza le daba vueltas y se pasó media hora mareada, viendo algo borroso. Tuvo que quedarse descansando en la enfermería unas horas y se perdió la clase de pociones.

Roxy se durmió una media hora y cuando al fin abrió los ojos, pudo ver por primera vez la enfermería. Era una habitación enorme, con el techo muy alto, como en la mayoría de la escuela. Las paredes eran blancas, tenía dos grandes ventanales y una ancha puerta. Había muebles con diversos objetos médicos y pociones. También había algunos espacios vacíos. En la enfermería solo solía haber una amplia camilla, bastante cómoda, junto a la ventana; que era donde reposaba Roxy en aquel momento. Y en los espacios vacíos hacían aparecer las camillas que fueran necesarias en su momento, las cuales estaban guardadas en el trastero. La enfermera prefería no tener muchos trastos por medio, así que todo se veía bastante bien ordenado y la habitación algo vacía.

Después de mover la cabeza hacia los lados, inspeccionando el lugar, Roxy se incorporó con algo de dificultad.

- Tranquila, despacio – le dijo la enfermera, atenta por si se encontraba mareada.

La enfermera era una mujer aparentemente joven, de treinta como muchísimo. Tenía el pelo de color fucsia, rizado y recogido en un ancho moño, bastante llamativo. Su piel era blanca y sus ojos marrones. Vestía con una falda de tubo hasta las rodillas, una blusa blanca, un chaleco abrochado a juego con la falda, y una corbata fina del mismo tono que su pelo. Generalmente vestía muy recatada y formal, con colores morados, rosas y blancos.

Roxy la miro confusa por un momento, hasta que la reconoció; ya la había visto en el comedor.

- ¿Te encuentras bien? - le pregunto la enfermera.

Tenía una voz muy dulce y suave.

- Sí...

- ¿Te sientes mareada? ¿Ves bien?

- Sí. Solo tengo un ligero dolor de cabeza. Pero no es nada, en serio.

- Oh, me alegro. Que susto. Por suerte el ataque era débil, solo fue como un balonazo en la cabeza.

- Eso explica mi jaqueca...

La enfermera saco un frasquito de poción de un armario y lo echo en un pequeño vaso de madera pulida. Echo agua de una jarra en otro vaso de cristal y se los entregó a Roxy.

- Ten, bebe, esto te quitara la jaqueca. El agua es porque está asqueroso. Pero tampoco es para tanto.

Roxy tomo ambos vasos. Se bebió la poción y, efectivamente, estaba asquerosa, así que se tomó el agua rápidamente.

- Puaj, que asco – dijo haciendo una mueca.

La enfermera sonrió, divertida.

- Descuida, te hará efecto en unos minutos.

- Gracias.

- De nada, bonita.

- ¿Qué ha pasado? ¿Cuánto tiempo llevo aquí?

- Oh, una compañera tuvo la genial idea de dispararte una esfera de luz – la enfermera hablo con molestia -. Por suerte el impacto solo fue eso, un impacto, pero te dejo algo aturdida. El profesor Peters impidió que cayeras al suelo y te trajo a la enfermería.

A Roxy se le puso la cara rosa. Primero se cae al barro frente a medio colegio y ahora era llevada en brazos por un profesor a la enfermería, ¡y en la primera clase! Ni veinticuatro horas y ya todo el mundo estaría riéndose de ella.

La magia de Avalon: Bienvenidos [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora