Capítulo 39: Unidos es mucho mejor

241 26 54
                                    

Darion llegó al patio para detener una pelea. Todo un grupo de alumnos se encontraban amontonados alrededor de dos chicos, que se golpeaban a puñetazos.

- Dejadme pasar - ordenó abriéndose camino entre la multitud. Antes de que el chico que se encontraba sobre el otro, soltara otro puñetazo, Darion los detuvo con su magia, paralizándolos y alejándolos uno del otro -. ¡Basta! - Los separó y observó con recelo a un Beck de quince años; delgado y sin barba, con sangre en los nudillos, de la nariz del otro chico, y un moretón en el rostro -. Al despacho del director. ¡Ya!

Beck y su compañero fueron llevados al despacho de Arcos, y después de una larga charla, conversaron a solas con Beck, mientras a su compañero lo atendían en la enfermería.

- Esto es el colmo. No llevamos ni medio año y ya es la tercera vez que llegas a las manos - lo reprendió Darion, severo.

- Ya se lo he dicho, comenzó él.

- Siempre son ellos, pero al que siempre pillo en peleas es a ti.

- ¿Pretende que no me defienda cuando me faltan al respeto?

Arcos detuvo a Darion con un gesto antes de que contestara.

- Reaccionar a las palabras con violencia una vez es un error, un impulso provocado por la ira. Pero tantas veces, es un problema. Si tus compañeros te acosan, debes decírnoslo, en lugar de tratar de solucionar todo a golpes. La violencia no lleva a nada bueno, y temo que si sigues utilizándola tendré que mandarte a casa. - Aquello no pareció agradar a Beck -. El autocontrol es una de las facultades más importantes de un guerrero, - Beck se estremeció -, si quieres serlo deberás controlar ese temperamento.

- Y para continuar aquí también - intervino Darion de nuevo -. No puedes actuar como un niñato, arremetiendo contra todo el mundo cuando algo no te gusta. Una sola pelea más y quedarás expulsado de Avalon, ¿ha quedado claro?

Beck y Darion se sostuvieron la mirada desafiantes.

- Sí - contestó Beck bastante cortante.

- Más tarde te comunicaremos tu castigo - lo informó Arcos -. Márchate.

Beck se levantó de mala gana y salió de la sala bastante cabreado. Darion soltó un gruñido, exasperado, y apoyó las manos en el escritorio.

- Deberíamos expulsarlo, ya es su tercera pelea.

- Pero es verdad que se estaba defendiendo. Sus compañeros lo provocan porque saben que saltara.

- Y tomaremos medidas con ellos. Pero lo que no puede ser es que ande rompiendo narices por el colegio.

- ¡Ala! Qué no le ha roto nada, solo ha sido por el golpe.

Darion miró a su padre algo cansado. Era bastante frustrante que siempre intentará llevar a todos por el buen camino, ayudarlos a cambiar. Lo hizo con Denis, y ahora intentaba hacerlo con Beck. Con Bardo, sin embargo, no tuvo tanta suerte.

- ¿Qué se supone que debamos hacer? Hablar no sirve. Ese chico necesita ir a clases de control de la ira.

- Es un cambiapieles. Sabes que con ellos hay que tener más paciencia, su instinto animal prevalece.

- Sí, ese es el problema... - dijo Darion con ironía.

- ¿Podrías dejar a un lado tus rencillas personales y pensar solo en el chico?

- Soy perfectamente objetivo en esto. Pero creo que es evidente que su sangre de oso no es lo único que lo vuelve tan agresivo.

- ¿Y no crees que justo por eso merece otra oportunidad, ayuda?

La magia de Avalon: Bienvenidos [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora