Dustin y Merope
Merope y Dustin comenzaron su recorrido por el lado Oeste. Enseguida perdieron de vista al resto de sus compañeros y deambularon solos por la jungla.
La situación no era incómoda realmente, pero sí un poco tensa. Ambos se llevaban bastante bien. Se habían conocido en la fiesta de bienvenida y habían hablado un par de veces, pero tampoco demasiado. Aun así, se sentían bastante cómodos, la tensión no venía por eso. Dustin estaba preocupado por la prueba, el año anterior repitió por culpa de este examen y no quería fastidiarlo todo otra vez.
El cambiapieles comenzó a preguntarle a Merope sobre su vida, tratando de relajar el ambiente.
—Oye, ¿qué diferencia hay entre una ninfa y un elfo? ¿No tenéis los dos una especie de conexión mágica con la naturaleza o algo así?
—Todos tenemos una conexión con la naturaleza en cierta medida. Las ninfas... —Merope lo pensó. Era algo difícil de explicar—. Bueno. La fauna es como nuestra mayor arma, por decirlo de alguna manera.
—O sea, los animales.
—Sí, en parte. Nosotros tenemos una conexión con ellos... diferente. Las ninfas poseemos unos poderes algo espirituales. Es difícil de entender.
—Podéis meteros en las paredes, ¿no? —pregunto Dustin casual.
—Sí. No las atravesamos, solo nos metemos dentro. Sirve para camuflarnos o pillar al enemigo desprevenido.
—O espiar.
—Sí, eso también —contesto divertida—. Algunos definen nuestro poder como la capacidad de conectar con ese hilo que maneja el flujo de magia entre dos cosas. —Dustin la miró perplejo y Merope se rio—. ¿Se entiende algo de lo que digo?
—No.
Ambos se rieron.
—Entonces lo he explicado bien.
—Qué místicas las ninfas.
—Somos una caja de sorpresas. —Dustin sonrió—. ¿Y tú qué? ¿Qué me cuentas de los cambiapieles?
Dustin resoplo.
—Pues, se supone que tenemos las habilidades del animal que representamos, pero la verdad es que no sé que tengo yo de halcón.
—¿A qué te refieres? —Merope revisó el mapa para comprobar que iban por buen camino—. Sigamos por aquí —indicó.
—Se supone que son aves de rapiña, con una gran habilidad en la caza. Animales dominantes en su entorno. A su lado yo soy como un pollito. —A Merope se le escapó una risita—. No te rías —replicó Dustin, risueño.
—Perdón.
—Los halcones no fallan en sus objetivos... —Su semblante se volvió triste— y yo no hago otra cosa.
Merope lo observó comprensiva y con algo de lástima. Lizzy le había mencionado que Dustin era un chico muy inseguro, en cuanto fallaba en algo ya quería tirar la toalla. Le asustaba estropear las cosas.
—Yo tampoco es que sea la estudiante perfecta —mencionó la ninfa.
—Na, mentira. —Le dio un codazo amistoso—. Seguro que eres una empollona.
Merope sonrió.
—Soy una buena estudiante. Pero... no sé. Parece que nunca es suficiente.
—¿Para ti o para los demás?
Merope lo pensó por un momento.
—A veces, para ambos, supongo. Las expectativas pueden confundir.
Merope era una persona sumamente tranquila y alegre. Siempre había sabido a lo que se quería dedicar: diseñar. No le importaba la fama, solo quería estabilidad; tener tal vez una tienda con sus diseños y ya está. Aunque vender su ropa por todo el mundo tampoco lo descartaba. Era fiel a lo que quería: su negocio propio, una familia y estabilidad. Paz. Solo eso. Llegar a su hogar con la tranquilidad de que podía mantener a su familia, cuidar de ella y sentirse realizada como persona. Pero en su casa siempre habían querido que aspirase a más.
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La magia de Avalon: Bienvenidos [Libro 1]
FantasyAvalon es una escuela de magia, creada para unir a todos los seres mágicos del mundo: sirenas, hadas, magos, harpías, centauros, faunos... Con la idea de terminar con cualquier tipo de discriminación, dando fin a la desigualdad y el odio en el mundo...