Capítulo 43: ¿La voz de una sirena?

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El siete de mayo, Sierra se despertó temprano y se arregló con tranquilidad a la espera de que Vanyan pasara a por ella. En lugar de un moño, recogió su larga melena grisácea en una elegante trenza, y se vistió con un vestido largo de color morado. Cuando llamaron a la puerta y fue a abrir, encontró al elfo con un ramo de tulipanes en la mano, tendiéndoselo algo nervioso.

- Feliz día de la madre.

Sierra sonrió ampliamente y abrazó a su hijo, muy contenta.

- Gracias, cielo. - Tomo el ramo con cariño -. Ow, son muy bonitas.

- Tus favoritas.

El semblante de Vanyan era enternecedor, como un niño pequeño ilusionado por darle a su mamá el dibujo que hizo en clase para ella. Sierra era su mayor punto débil, era su mundo entero. Nada veneraba y amaba tanto como a ella. Si había algo que agradecía más que nada en este mundo, era tenerla a su lado, y cada mínimo detalle que pudiera hacerla ver cuánto la amaba, era importante.

- Gracias, cariño. Me encantan.

Sierra le dio un beso en la mejilla y dejó las flores en un jarrón. Ya sabía que se las regalaría, lo hacía desde que era pequeño, incluso había aprendido a cultivarlas, pero cada año le hacía más ilusión.

- ¿Nos vamos?

- ¿Qué habéis armado ahora? - preguntó Sierra, divertida, agarrándose de su brazo.

- Es una sorpresa.

Sierra mostró una deslumbrante sonrisa y se pusieron en marcha.

Con su trabajo, Sierra y Vanyan siempre estaban ocupados, y sus conversaciones privadas tendían a desviarse a asuntos de la escuela, pero aquellos pequeños momentos eran para disfrutar en familia, siendo simplemente madre e hijos.

Peters y Darion terminaron de preparar el picnic en el bosque. Habían puesto un mantel lila y colgado algunas guirnaldas alrededor para decorar.

- ¿Ya está todo? - pregunto Darion, vigilando -. Van a llegar.

- Un segundo, un segundo. - Peters terminó de colocar el desayuno -. Listo. Acabe.

- Genial. - Darion se asomó al camino para ver si Vanyan y Sierra estaban cerca, y así era -. ¡Ya están aquí!

- Shhhh. No grites.

- Venga.

Darion agarró al mago del brazo y tiró de él, para colocarlo a su lado, frente al pícnic.

- ¡Sorpresa! - exclamaron cuando la directora llegó.

- Owww, chicos - dijo conmovida.

- Feliz día de la madre - la felicito Darion dándole un fuerte abrazo.

- Gracias, mi niño.

- Feliz... día - dijo Peters algo cortado. Aún le resultaba extraño haberse colado en su día de la madre. El primer año la propia Sierra lo invitó, el año anterior fue Vanyan, y este, para sorpresa de Peters, Darion dijo que no podía faltar.

Sierra se acercó a él y acarició su mejilla con gentileza.

- Gracias, corazón. - Peters sonrió algo avergonzado -. Pero qué banquete habéis hecho - dijo la mujer apreciando la comida sobre el mantel.

Se acomodaron alrededor de la comida en el suelo, para poder disfrutar del desayuno.

- En verdad la hicieron los hariball - mencionó Vanyan.

- Yo los ayudé - resaltó Darion.

- Claro, porque ellos no saben cocinar - se burló Sierra de los demás.

La magia de Avalon: Bienvenidos [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora