Capítulo 27: Cerca...

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Peters entro en el aula de pociones en busca de Luy. Margarita le había avisado de que ya había vuelto.

- Hola, amigo - lo saludo, alegre, sobresaltándolo como de costumbre.

El fauno pegó un brinco y casi se le caen los frascos que tenía en las manos; por suerte estaban vacíos, por lo que no derramo nada.

- Peters, deja de entrar tan abruptamente en los sitios.

- Lo siento. - El mago se rio -. ¿Qué haces?

- Ordenaba el material nuevo.

- Acabas de llegar. ¿Prefieres trabajar que venir a saludarme? Me siento ofendido.

Luy lo miro con el ceño fruncido.

- Dramático - lo llamo, dándole la espalda de nuevo.

- Mmm... - Peters lo observo -. Estás ordenando como loco y me das la espalda. ¿Qué ha pasado?

- ¿Por qué tiene que pasar algo? Estoy bien - replico el fauno, un poco a la defensiva.

- Cuando estás triste te pones a ordenar y limpiar. Cosa que normalmente no haces. Eres un desastre, mañana estará todo peor.

- A lo mejor simplemente no tengo ganas de hablar contigo, ¿vale? - Luy hablo sin pensar, y se arrepintió de inmediato.

- Auch. Está bien, me voy. Disculpa. - Peters retrocedió, pero Luy lo detuvo.

- Espera, lo siento. - Se miraron de nuevo y el profesor de pociones suspiro, derrotado -. Es que las fiestas han sido muy... meh.

Peters se rio.

- ¿Meh?

- Sabes a lo que me refiero.

- ¿Discutiste con tus padres?

- Para variar. Pero no exactamente. - Hizo una pausa -. Es que es muy frustrante. Llegamos y le preguntan a Kongrag: - Puso un tono más grave, bastante exagerado -: "¿ya tienes novia? Seguro que tienes muchas pretendientas". Pero a mí me lo preguntan como si fuese un milagro que alguien se fijase en mí.

- Vamos, seguro que no es para tanto.

- Tú no sabes lo que es ser como yo, Peters. Tú eres - Lo señalo de arriba abajo - perfecto, de la cabeza a los pies. Serías su hijo soñado, igual que Kongrag.

- Kongrag no es su hijo, aunque lo quieran como tal, tú sí.

- Y también Jordán y tendrías que haber oído como le hablaron. Para ellos nunca somos suficiente. - Agacho el rostro, apenado -. Ni para ellos ni para nadie - murmuró.

- Hey, amigo, - Le puso una mano en el hombro -, no te desanimes. Eres un gran hombre y un excelente profesor. Que piensen lo que quieran. No tienes que ser el hombre que ellos quieren, solo debes ser tú.

- Lo dice el supermodelo.

Peters se rio.

- Ya. Pues aquí el supermodelo, te recuerdo que se largó de su casa porque tampoco era suficiente.

Rara vez Peters contaba algo sobre su pasado. A excepción de los directores, Darion y Vanyan, nadie sabía ni de dónde venía. Así que las pocas veces que comentaba algo, el fauno sentía una gran intriga. A sus ojos, Peters era perfecto. El tipo de hombre educado, atractivo, valiente e inteligente, que dudarías que fuera real. Y es que en verdad lo tenían demasiado idealizado, aunque este parecía esforzarse por mantener esa imagen.

- Luy, aquí todos te valoramos mucho. Entiendo lo difícil que es que tus propios padres te hagan de menos, pero no puedes derrumbarte por ello. Así solo les das la razón.

La magia de Avalon: Bienvenidos [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora