capítulo 70

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Beka le contó a Paris como paso todo con James, ella no podía creerlo, estaba sorprendida jamas se lo imagino.
—El oso de peluche… el de un día antes de navidad, era de el ¿Cierto?
—Si, esa vez el y yo discutimos y me lo envió, yo tuve que decirte que era de Lisa.
—Claro entiendo… La verdad es que esto me sorprende mucho Beka, tu y tu cuñado es algo… extraño.
—Te juro que yo no pensé que yo me enamoraría de el, paso sin darme cuenta. El es el amor de mi vida, tratamos de alejarnos pero no fue posible, nuestro amor es mas grande.
—Hay amiga… El corazón tiene razones que la razón no entiende ¿No?
—Definitivamente… Ahora seremos señalados injustamente, bueno es obvio que lo vean mal por el parentesco pero nadie es capaz de ver mas allá.
—Pues si es raro y difícil, pero bueno ahora que yo se todo, te entiendo un poquito o bueno trato, así es el corazón aveces.
—Gracias por no juzgarme.
—Yo no soy quien para eso… te quiero y cuentas conmigo.
—Yo también te quiero… Y bueno supongo que ya que sabes todo puedo volver al salón.
—Creo que es lo mejor, así distraes tu mente en otras cosas.
—Cierto, pero ni una palabra a las chicas ¿Si? Les diremos que me caí en las escaleras o no se.
—Esta bien.
James llego a la oficina, iba furioso, fue directo a la oficina de Justin, al entrar el y Daniela estaban revisando unos documentos.
—¡Eres un maldito enfermo!—Le dijo James entre dientes.
—Valla, veo que ya fuiste a buscar a mi esposa.
—Estas loco, pero te juro que ni con tus gorilas me vas alejar de ella.
—Retírate Daniela.
—Claro, permiso—Salio Daniela muy desconcertada aunque no le gusto la idea, no quería que ya solos empezaran una pelea.
—Estas muy mal Justin.
—¿Yo mal?—Sonrió—¿Y tu? Ahora revolcarte con la esposa de tu propio hermano esta bien ¿No?
—Eres un maldito infeliz, entiende de una vez que ella ya no te ama.
—No me importa, ella va a estar conmigo hasta que a mi se me de la gana.
—Eres un machista desgraciado, una de las razones por las que dejo de quererte.
—Sinceramente no me importa lo que tu pienses James, solo te digo que tu y ella no van a ser felices nunca.
—Yo no voy renunciar a ella, jamas—Dio media vuelta y salio de la oficina, llego a la suya y tomo el teléfono y la llamo, necesitaba escucharla aunque sea un minuto.
—¿Hola?—Contesto Hilary.
—Hilary soy James… Comunícame con Beka por favor.
—Claro un segundo—Un minuto después ella contesto.
—¡James!—Dijo con emoción.
—Mi amor, ¿Cómo estas?
—Mal, te extraño.
—Yo también hermosa, mucho. Hoy fui a verte pero…
—Si me dijo Hilary, esta dispuesto a todo con tal de que no te vuelva a ver nunca.
—Yo no lo voy a permitir chiquita, nadie me va a alejar de ti. Podemos vernos en el salón.
—No James, habrá un tipo custodiandome todo el tiempo.
—¿Qué?
—No saldré sin compañía.
—Infeliz, no puede ser.
—¿Qué vamos a hacer? Yo no quiero estar sin ti.
—No mi amor… No se, voy a pensar en algo, alguna solución debe tener esto. Te amo.
—Yo te amo mas James, pase lo que pase siempre te voy a amar.
—Debo irme, tengo una reunión. Por ahora solo podremos estar en contacto por teléfono.
—Ok, cuídate mucho por favor.
—Tu también hermosa, cualquier cosa avísame ¿Si?
—Si, te amo… Adiós.
—Adiós amor, también te amo—Fin de la llamada.
James se fue a la reunión a la sala de juntas, debían ver lo del vino de Justin, estarían ahí los 2 junto con Mike y Ryan, el le prestaba poca atención a la junta, solo pensaba en ella y en lo mucho que la necesitaba.
—Llame a la hacienda, el fin de semana estará el catador aya, si todo sale bien, empezamos a embotellar.
—¿Ya tienes el diseño de la etiqueta?—Pregunto Ryan.
—Aquí tengo los bocetos—Saco 2 diseños de las etiquetas.
—“Dylan’s Shades” Me gusta—Dijo Mike.
—Gracias… ¿Cuál les gusta mas?
—A mi este… como que va mas con el nombre, oscuro, misterioso.
—Apoyo a Mike, este es perfecto.
—Y tu James ¿Qué opinas?
—También me gusta mas ese—Dijo seriamente.
—Bien es todo—Dijo Justin levantándose y los demás lo imitaron.
—Justin pasas por mi oficina necesito tu firma en unos documentos que debo enviar al consejo.
—Ok en un rato estoy aya—Mike y Ryan salieron y James quería hacer lo mismo—Espera James.
—¿Qué quieres?
—Sabes, a pesar de que te revolcabas con mi esposa debo agradecerte por haber continuado con mi proyecto.
—No tienes nada que agradecer—Justin se acerco a el.
—¿Lo hiciste de corazón? O lo hiciste para no sentirte tan culpable por lo que hacías.
—Lo hice de corazón Justin, sabía lo importante que es para ti esto.
—También sabias lo importante que era mi mujer para mi y aun así te la llevaste a la cama.
—¿De verdad te importaba Beka, Justin? Por que no parecía, de hecho la ignorabas por completo.
—Tu que sabes, yo le di lo mejor.
—Créeme Justin durante todo este año me di cuenta lo mierda que eras con ella.
—¿Mierda?— Sonrió cinicamente.
—Si. ¿Sabes cuales son su flores favoritas?—La sonrisa desapareció del rostro de Justin y solo lo miro con enojo, no respondió y el no saber eso lo lleno de coraje. Ahora fue James quien le dedico una sonrisa cínica y burlona—Lo sabia… ¿Qué se siente saber que yo la conozco mas que tu? ¿Sabias que ya sabe reconocer un buen vino?—Justin apretaba los puños lleno de rabia—Hay tantas cosas que no sabes de ella Justin, y aun así te llenas la boca diciendo que fuiste un gran marido… Eres patético—Dio media vuelta y salio de ahí dejando a Justin con su coraje e impotencia.
El fin de semana llego, era Sábado al medio día y Justin llevo con el a Beka a Napa Valley, no iba a dejarla en Nueva York, sabia que ella y James podrían aprovechar y el no pensaba permitirlo.
—El catador esta por llegar así que me voy a esperarlo en las bodegas.
—¿Puedo ir?
—Tu no tienes nada que hacer aya.
—Justin ¿Por qué nunca me incluyes en cosas de la empresa?—Pregunto exasperada.
—Son cosas que no tienen nada que ver contigo.
—Claro que si, en realidad me gustaría probar tu vino.
—Ya lo probaras en la presentación. Y si quieres que te incluya bueno, piensa en algo lindo, un detalle para regalar a los invitados en la fiesta.
—¿Qué? ¿Es enserio?
—No tengo tiempo para discutir, te veo mas tarde—Salio de ahí apresurado, Beka no podía creer lo que le dijo ¿Me vio cara de planeadora de eventos? Se pregunto indignada, se sentía harta, cansada de esa situación, parecía que Justin hacia todo lo posible por que lo odiara, y a como iba todo, seguro lo lograría pronto.
—Señora, ¿Gusta un vaso de naranjada?—Le pregunto Magda sacándola de sus pensamientos. Beka la miro enternecida pues su pansita de 8 meses de embarazo sobresalía y la hacia lucir tierna y muy linda.
—Si claro Magda, gracias—Magda fue a la cocina y un rato después volvió con la naranjada y se la dio—Gracias.
—De nada— Sonrió.
—¿Todo listo para la llegada del bebe?
—Si ya, estamos muy felices.
—¿Ya saben que va a ser?
—Niño, lo llamaremos Henry.
—Oww que bello, me gusta el nombre, felicidades de verdad.
—Gracias señora. Y ustedes… ¿Para cuando?
—No, no esta en nuestros planes ser… padres.
—Espero pronto se animen, aunque no me imagino al señor Justin de papa— Rió por lo bajo.
—Ni yo Magda… tampoco lo imagino—“Seguro apenas y lo vería” pensó Beka, por fortuna ellos no tenia hijos, empezó a imaginar como seria la situación si hubiera hijos de por medio, definitivamente seria peor de lo que esta.
Beka salio a caminar entre los viñedos, solo ese lugar era capaz de hacerla olvidar todo lo malo. Recordó la primera vez que estuvo ahí con James.
—Extrañaba tanto este aroma
—Si es increíble, es único… Es tan tranquilo aquí, cuando era niño siempre me venia aquí cuando quería pensar, cuando alguien me hacia enojar.
—Es que es excelente. Es como estar en otro mundo, como si nada mas existiera, solo tu y estas uvas.
Recordó que aquel día empezó todo, pues ademas de que empezaba a conocer un poco mas a James, ese mismo día por la noche sucedió aquel maravilloso error que la hizo sentir como nunca nadie lo había hecho, recordaba los besos, las caricias, recordaba esa corriente que le hacia sentir, ese deseo, esa pasión, se dio cuenta que desde entonces lo amo con todo su corazón.
—Te amo
—Yo también te amo James.
—Sabes, desde que cometí aquella equivocación he deseado tanto esta noche.
—La verdad es que yo también.
—¿Y entonces porque me hiciste sufrir tanto?
—Por que no quería aceptarlo, para mi era malo desearte y amarte como te amo.
—¿Y ya no lo es?
—No ya no, amarte con toda el alma no puede ser malo.
—Yo siempre dije, que nunca me enamoraría de nadie, que toda mi vida seria soltero para disfrutar de mi vida como me diera la gana. Pero llegaste a mi vida y estoy completamente enamorado como un imbécil de ti.
Recuerdos de aquella hermosa noche en que se entregaron por primera vez la invadieron, recordaba cada palabra, cada beso, cada caricia incluso cada grito de placer que el le hacia sentir, sin duda esos viñedos eran los únicos grandes testigos de todo el amor que hay entre ellos, solo ellos saben la fuerza de ese amor.
Llego a aquel lugar donde hicieron el amor aquella noche, lleno sus pulmones de aquel aroma a uva mezclado con la pasión y el amor de aquella noche que aun seguía impregnada en esos viñedos. Se sentó en la tierra y se acosto, miraba maravillada el hermoso cielo azul mientras con sus dedos recorría sus labios recordando cada beso que compartió con ese hermoso hombre.
—Te amo James—Dijo mientras que con su otra mano tomaba un puñado de esa tierra bendita para ella.

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