capítulo 29

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Beka bajo del taxi frente al enorme edificio. Era grandisimo y muy imponente, entro y se dirijo al elevador, subió al ultimo piso y vio una enorme y elegante recepción. Había una gran sala y algunas oficinas alrededor, ella fue con la recepcionista, una joven de unos 27 años, cabello castaño y ojos verdes, era muy guapa.
—Hola buenas tardes. ¿Podría indicarme donde esta la oficina de James porfavor?—Pregunto amablemente.
—Buenas tardes—Le dijo seriamente—¿Tiene cita?
—Si y no… Quiero decir que ya habíamos acordado en que yo vendría a verlo a esta hora.
—Lo siento, pero si no tiene una cita oficial—Dijo haciendo énfasis en oficial—no puedo dejarla pasar, el señor Maslow esta muy ocupado— Volvió a hacer énfasis, pues al parecer no le agrado que Beka lo tuteara.
—¿Ah enserio? Bueno la verdad es que no te pregunte si estaba ocupado o no, solo pregunte cual es su oficina—Dijo con el mismo tono que ella uso.
—Le pido de favor se retire y regrese cuando logre obtener una cita con el señor Maslow—Dijo levantándose de su silla.
—Tu no tienes ningún derecho en pedirme que me retire. Y si no eres capaz de decirme cual es la oficina de James, la busco yo—Dijo enojada, ¿Quién se cree esa mujer para tratarla así? Pensaba.
Algunas personas que pasaban por ahí y las secretarias que estaban en sus escritorios miraban entretenidos la escena. Comenzó a caminar dispuesta a buscar la oficina de James, cuando sintió que la tomaron del brazo y la jalaron con brusquedad.
—Usted no puede pasar—Dijo la recepcionista también molesta.
— Suéltame—Se zafo de ella—No te atrevas a ponerme una mano encima.
—Se va o llamo a seguridad.
—¿Cómo te atreves?
—¿Que esta pasando aquí?—Dijo James en voz alta, a un lado de el estaba Ryan.
—Señor Maslow, la señorita no tiene cita y se quiso pasar a buscarlo—Dijo de inmediato la joven.
—Señorita Adams… permitame presentarle a Beka Maslow, la esposa de mi hermano Justin—Dijo James, Ryan miraba divertido. La joven se puso pálida al saber quien era esa mujer a la que trato tan mal.
—Dios mio… Señora por favor perdóneme de verdad que yo no sabia—Dijo muy avergonzada. Beka ya mas calmada la miro unos segundos.
—Esta bien, no te preocupes—Dijo seriamente.
—Hola Beka—Saludo Ryan.
—Hola Ryan, ¿Cómo estas?
—Bien gracias. ¿Y tu?
— También gracias.
—Me alegro—Giro a ver a James—Bueno James, en cuanto me lleguen los documentos que quedo Harry de enviar, te los paso. Nos vemos Beka—Se alejo Ryan.
— Cuídate—Dijo ella. James poso su mano en la espalda de Beka invitándola a caminar, mientras miro seriamente a la joven que seguía muy apenada.
—Que no se repita por favor.
—Jamas señor.
James y Beka entraron a la oficina, Daniela le ofreció algo de tomar a Beka, ella se negó y salio dejándolos solos.
—Así que mi pequeña salvaje estaba por arrancarle el cabello a mi recepcionista hee—Dijo James divertido mientras la abrazaba por detrás aferrándose a ella de su cintura.
—Bueno ella empezó—Acaricio los brazos de James.
—Hablare con ella mas tarde, pero ella tampoco tiene la culpa de que no supiera quien eres.
—¿La estas defendiendo James Maslow?
—No te pongas celosa cariño.
—No estoy celosa.
—¿Ah no? Entonces ¿Por qué dejaste de acariciar mis brazos.
—Nada mas.
—Vamos mi amor—La giro para que quedaran de frente—No la estoy defendiendo, solo creo que no sabia quien eras es todo.
—Le gustas.
—¿Qué cosas dices?— Rió divertido.
—Es la verdad, mi sexto sentido me lo dice.
—Bueno tienes razón.
—¿Ya lo sabias?
—Si, lo supe hace tiempo, se ponía furica cuando venia o me llamaba Nataly.
—¿Que también quería sacarla con seguridad?
—No podía hacerlo pero supongo que no le faltaban ganas. La primera vez que Nataly vino aquí llego conmigo, de ahí cada que venia o llamaba se ponía muy seria y la miraba de arriba abajo.
—De mi no tiene porque ponerse celosa… bueno si, pero no lo sabe— Rió por lo bajo.
—Te amo—Dijo y la beso.
—Yo también te amo—Siguieron con su beso hasta que escucharon que tocaban la puerta y tuvieron que separarse.
—Señor, necesito que me firme estos papeles—Dijo Daniela con una carpeta en las manos. James fue a su escritorio y empezó a revisarlos, Beka empezó a mirar toda la oficina, ¿Cómo es posible que después de 2 años de matrimonio nunca conoció este lugar? Se acerco al gran ventanal de la oficina, era del tamaño de la pared y se podía apreciar la hermosa ciudad. Después de unos minutos, James le entrego la carpeta a Daniela y ella salio, Beka se acerco y se sentó en las piernas de el, de inmediato la abrazo tiernamente por la cintura.
—Me gusta tu oficina.
—Si es increíble. ¿Quieres que vallamos a que conozcas todo el edificio?
—Si—Observo que en el escritorio había un porta retrato con una foto de ella—¿Tu la pusiste aquí?—Dijo mientras la tomaba.
—No, ya estaba cuando llegue. La puso Justin.
—No sabia que tuviera una foto mía aquí.
—Pues ya vez que si—Dijo mientras acariciaba su mejilla.
—¿Y no te han preguntado que porque no la haz quitado?
—No, no he cambiado nada, todo esta como lo dejo mi hermano… Y mejor, no quiero quitarla, así te extraño un poquito menos cuando estoy aquí—Se dieron un fugaz beso.
—¿Vamos?—Dijo ella y puso el retrato en su lugar.
James llevo a Beka a conocer todo el edificio y le presentaba a algunos empleados. Después volvieron a subir a la oficina, James tomo su saco y salieron del edificio, subieron al auto de James y partieron a casa.
—¿Y que te pareció?—Dijo mientras detenía el auto en un semáforo.
—Bien, tenias razón no es divertido— Rió—Pero me gusto mucho conocer la empresa.
—Me alegro mucho—Le acaricio la mejilla.
—¿Puedo venir a visitarte pronto?
—Claro que si, nada me gustaría mas que vinieras a verme.
— Algún día te daré la sorpresa.
—Esperare ansioso—Se inclino hacia ella sin quitar una mano del volante y la besa tiernamente olvidándose por completo de todo a su alrededor.
A Beka ya le habían dado la noticia de que estaba terminado el salón, de inmediato fue a ver a Maggie y escogieron la pintura y tapicería para empezar con la decoración, de inmediato los trabajadores empezaron, ella y Maggie estaban en una muebleria encargando todo para amueblar. Todo lo del Spa ya estaba instalado, incluso también ya había comprado algunos productos de belleza por internet, cremas, shampoos, tintes, pomadas y mas… Compro todo de la mejor calidad, pues quería que todo fuera perfecto.
—Yo creo que estará todo listo dentro de 2 semanas—Dijo Maggie.
—¿De verdad? Dios que felicidad—Dijo encantada.
—Si, todo va a quedar increíble tienes muy buen gusto, jamas había trabajado tan cómodamente con algún cliente.
—Es que siempre soñé con esto y justo así lo había imaginado, aunque claro también me gusta escuchar opciones y las tuyas fueron muy buenas.
—Gracias. ¿Puedo hacerte una pregunta?
—Claro.
—¿Cómo va tu esposo? Me entere por una revista.
—¿Una revista?
—Si, mi hermano compra esas revistas donde hablan de puras empresas y negocios y un día la estaba hojeando y vi una foto donde estabas tu a lado de tu esposo y leí la nota. Lo siento mucho, debe ser algo muy difícil.
—Si, lo es y sobre tu pregunta pues esta bien pero sigue sin despertar.
—¿Ya cuanto lleva así?
—Ya esta por cumplir los 5 meses.
—Wow es mucho tiempo ya.
—Si, pero bueno no hay que perder la esperanza.
—Tienes razón. Estoy segura que cuando despierte y vea tu salón se sentirá muy orgulloso de ti.
—Eso espero—Dijo en un suspiro.
—¿Por que lo dices así?
—El nunca me apoyo con esto, no quería que pusiera mi salón.
—¿De verdad? Pero… ¿Por qué?
—No lo se, Justin era… no se… algo raro.
—Oh ya veo, pero bueno tal vez con lo que le paso cambie ¿No crees?
—Puede ser.
Beka y Maggie siguieron su recorrido buscando los muebles. La noche siguiente ella estaba en el estudio de su casa hablando por teléfono, estaba enojada pues le avisaron que debían retrasar una semana mas la entrega de los muebles pues habían tenido problemas en la fabrica.
—¿Qué? Es como que una semana mas… eso no puede ser—Dijo gritando.
—Yo ya tenia mis planes, ustedes no pueden hacerme esto—Caminaba de un lado a otro por todo el estudio, parecía león enjaulado.
—No, es que a mi vale un pepino… ¿Sabe cuanto dinero esta de por medio?
—Pues no parece, prácticamente les hice el mes con mi compra— Decía exasperada.
—¿Siempre pasa eso con ustedes? Si es así para encargarme de decirle a medio mundo lo incompetentes que son.
James entro en el despacho con una botella de vino y 2 copas, solo escuchaba los gritos de Beka, en verdad estaba furiosa.
—Si pues que mas me queda. Pero escúcheme bien señor, si después de esta semana que están pidiendo, me vuelven a quedar mal, le juro por mi vida que cancelo la compra y hablare directamente con el dueño para que sepa todo el dinero que perdió por culpa de sus empleados.
—Una semana ¿Me escucho? Adiós— Colgó y aventó el teléfono en el sofá—¡Ush!
—¿Problemas?—Dijo James tranquilamente, dándole espacio para que se tranquilizara.
—Yo contaba con que tendría los muebles para el fin de semana y ahora resulta que no se que paso en la fabrica y no pueden entregarlos.
—Tienes toda la razón para estar así, pero lo mejor es que te calmes, te relajes… Ya con enojarte no ganas nada—Dejo la botella y las copas en la mesita de centro y se acerco a ella que seguía parada, se puso detrás de ella, la tomo de los hombros y empezó a darle un masaje que al instante la relajo.
—Justo lo que necesitaba—Dijo ella cerrando los ojos. El la llevo hasta el sillón para que estuviera mas cómoda.
—Amor estas muy tensa.
—Todo esto me tiene como loca, no se que haría sin ti.
—Ya te lo he dicho pero te lo vuelvo a repetir—Se agacho y le hablo al oído—No hay nada que yo no haría por ti— Empezó a besar su mejilla y bajo hasta su cuello, ella solo disfrutaba en verdad el era el único capaz de lograr que ella olvidara todo.
—Te amo—Dijo ella.
—Yo te amo mas hermosa—Dejo de masajaerla y se sentó frente a ella y sirvió el vino. Ambos dieron un sorbo.
—Esta delicioso.
—Nada mejor para que te relajes.
—Gracias— Se recorrió al filo del sillón y se acerco a el, rodeo con sus brazos el cuello de James y lo beso—Mmmm, amo tus besos y mas con sabor a vino.
—Mmm ¿Enserio?
—Si mucho mucho—Acariciaba su nariz con la de ella.
—Ven aquí pequeña—James se levanto y la cargo, ella se acurruco en su pecho. La llevo al sillón mas grande y la acostó suavemente, le quito los zapatos y le dio pequeños masajes. Se incorporo y se acostó a un lado de ella pero se apoyo en su brazo para besarla, mirarla y acariciarla mejor.
—Mujer y vino… Perfecta combinación—Dijo el rosando sus labios.
—Una mujer y un vaso de vino curan todo mal, y el que no bebe y no besa, está peor que muerto—Dijo ella y ambos sonrieron y unieron sus besos con un beso.

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