Valentina Brescia Wunder regresa al país que la vió nacer sin saber que la magia empezaría a partir de aquél momento. ¿Qué misterios le depara la vida?
[Simón Arrechavaleta x OC!]
Basado en la segunda temporada de Casi Ángeles.
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Cuando terminó la clase, todo quedó en silencio. A Mar y a mí nos dio sed, así que nos servimos agua, yo no podía dejar de mirar a Simón, ella a Thiago y Sebastián.
Decidí salir del aula para tomar un poco de aire, lo necesitaba. Antes de salir del salón, crucé miradas con Simón por un largo tiempo antes de cortarlo y pasar por su lado. Sentí pasos siguiéndome y miré para ver de quién se trataba, era Mar.
—¿Te vas?— me preguntó.
—Voy a avisarle a mamá para que venga por mí.
Asintió —Ah, dale, dale. ¿Dónde está Jazmín?
—No, ni idea, seguro se fue con Matt— sugerí.
Le envíe un mensaje a mamá para que venga y ella me respondió que saldría dentro de un momento y que la esperara. Mar y yo nos entramos a la cocina casi al mismo tiempo que Jazmín.
—¿Dónde estabas?— le preguntó Mar.
Jazmín no miró —No saben lo que me pasó.
—¿Qué pasó?— le pregunté.
—Me rescataron, bueno, me rescató. Era increíble. Pero no saben lo que era. Tenía una espalda... así— hizo un gesto con sus manos indicando el tamaño, me reí —Así, ¿más o menos, no? Tenía músculos y tenía una capucha roja que hacía juego con la moto porque también era roja— añadió —Entonces... me empezaron a perseguir unos ladrones— comenzó a narrar —Y vieron que estaba muy asustada porque, imagínense, era de noche y... lo estaba esperando a Matt— pausó —Que me había dejado plantada— se acomodó el cabello —Y... y... y el vino, les pegó, los fajó, me salvó, me dió un beso y me trajo hasta acá. ¿Entienden?
Entrecerré los ojos. ¿Estaba soñando?
—Dejate de joder— Mar fue la primera en decirle a ella algo —¿Un superhéroe? Por favor.
Comenzó a reírse y no pude evitar hacer lo mismo.
—No, no sé si era un superhéroe— respondió ella y se encogió de hombros —Seguramente, vendría de una fiesta de disfraces, no sé, pero les juro que me alucinó.
Tacho entró a la cocina por la misma puerta por la que Jazmín entró. Parecía que venía de la calle.
—Hasta mañana— se despidió.
—¿De dónde venís vos?— le preguntó Mar.
—Del Norte, ¿vos? ¿Consolando a Jaz?— preguntó, mirando a la rubia un poco burlón —Parece que el preceptor le puso presente a otra.
Jazmín puso mala cara —Que gracioso, ¿por qué no crecés, pendejo?
Tacho dió media vuelta y volvió a nuestro lado —Sí, estoy haciendo terapia— se cruzó de brazos, miró a la rubia serio —Me recomendaron comerme una de treinta— Mar y no nos acercamos más —¿Matt, no conocerá a alguien para presentarme?— nos miró a Mar y a mí —Cierto que se come todas pendejas.
