Valentina Brescia Wunder regresa al país que la vió nacer sin saber que la magia empezaría a partir de aquél momento. ¿Qué misterios le depara la vida?
[Simón Arrechavaleta x OC!]
Basado en la segunda temporada de Casi Ángeles.
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Jadeé.
—¡Thiago!
Los chicos, al escuchar mi voz, se separaron de él y, sin esperar un segundo más, me lancé para abrazar al tonto de mi hermano. Todos, incluso él, se rieron de aquel gesto.
—¡No te vuelvas a ir así jamás!— lo regañé —¡Iba a empezar a pegar tus fotos en todos lados!
—Pero-
—¿Dónde estabas? ¡Estábamos preocupados!
Thiago rió —Ya vamos a hablar, ya vamos a hablar.
—Sí, claro que vamos a hablar, mi amor.
¿Esa fue Mar? ¿Por qué no entraba al aula?
—Mar, Mar, ¿podés dejar de explicar las cosas? No sigas— mi hermano le habló —Entrá, que no tenés nada, dale.
—¿Por qué no entra?— pregunté.
—Tengo varicela— respondió Mar.
Quiso abrir la puerta, pero Tacho y Rama cerraron antes de que consiga hacerlo. Los chicos usaron de barrera sus cuerpos para retener la puerta.
—¡Che, no me discriminen! ¡Soy llave, loco!— Mar exclamó, desde afuera —Thiago, ¿por qué no dejás que te explique?
—Mar, no te preocupes, eh, los chicos tampoco nos dejan a nosotros. Ni a Vale ni a mi— Jazmín habló.
Tacho bufó —Por algo será.
—Thiago, lo mío no es por algo— Mar siguió —O- o bueno, sí es por algo, pero no porque me pase algo con-
—¿Con quién estuviste?— Tacho preguntó.
—¿Cómo con?— Mar preguntó, preocupada —Con- con nadie, Thiago, ¿no?
—¿Dónde estuviste tanto tiempo?— Rama habló, y bajó el tono de voz para que Mar no escuchara.
Thiago nos miró muy confundido —¿Tanto tiempo, chicos? Me fui hace media hora, nada más.
¿Qué? ¿Cómo que hace media hora?
Antes de que pudiera decirle que no había sido así, nuestra abuela entró al salón. Thiago la miró y nos miró a todos después.
—Me- ¿nos dejan con nuestra abuela, puede ser?
Jazmín sonrió —Hola, ¿qué tal?
Tacho y Ramo trancaron una de las puertas ya que Mar seguía afuera y salieron por la otra. Thiago les sonrió, cerró la pueda y abrazó a nuestra abuela, la cual no dejaba de sonreír.
Okay, algo pasaba acá.
—¿Dónde estuviste, Thiago?— le pregunté y miré a nuestra abuela —Tengo el presentimiento de... que tú sabías dónde estaba.
