Valentina Brescia Wunder regresa al país que la vió nacer sin saber que la magia empezaría a partir de aquél momento. ¿Qué misterios le depara la vida?
[Simón Arrechavaleta x OC!]
Basado en la segunda temporada de Casi Ángeles.
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Cuando llegamos a la mansión, nos quedamos unos minutos más afuera tratando de despedirnos pese a que ninguno quería. De no ser por Mar, quien abrió la puerta para meterme dentro de la casa, estuviese aún con Simón, charlando y riendo. Era evidente la poca paciencia que tenía Mar de querer contarme o decirme eso tan importante que tenía que decirme.
De solo verla así, mi curiosidad había crecido.
—Mar, ¿por qué estás tan ansiosa? Espero que esto valga la pena porque estaba bien con Simón.
Entramos al cuarto de las chicas y sonreí cuando vi que estaban también Caridad y Valeria. Me pareció extraño no ver a Jazmín.
—¡Llegaste!— comentó Caridad al verme.
Me reí —Sí— miré a Mar —¿Puedes hablar ya? Esto me tiene muy ansiosa. Espero que no sea que hayas matado a alguien, eh. Aunque, si es Melody...
Dejé mi bolso en una de las camas y me senté en el piso con ellas. Mar abrió la boca para responderme la pregunta, pero fue interrumpida por Jazmín que quería bloquearle la entrada al cuarto a Tacho. ¿Ya estaban peleados?
La atención de las cuatro se dirigió a aquel par.
—¡Salí!
—Bonita— dijo Tacho con voz de súplica —¡No me podés bajar el telón por una confusión!
—¡Yo vi los mensajes, Tacho! ¡Eran tuyos para ese gato!
—¡Y sí, pero yo perdí el celular!
—¿Ah, sí? Y yo perdí la inocencia— respondió, con sarcasmo —¿Que te creés, que soy tarada? Andate, ¡andate antes de que te arranque la cabeza!
Entre empujones logró echar a Tacho pese a que el rubio seguía pidiéndole que hablen. Cerró fuerte la puerta y se recostó sobre ella, suspirando. Al darse cuenta de que todas la estábamos mirando, frunció el entrecejo.
—¿Qué miran ustedes? ¿Qué? ¡No pasa nada!
Caminó hasta nosotras y se sentó a mi lado. Me reí.
—¿Por qué pelean? Si son novios— comentó Cari.
—Por eso— respondimos las cuatro al unísono.
—Estaba por contar a las chicas de Thiago.
Fruncí mi ceño —Espera, ¿de Thiago?
—Sí, parece que le arrimó al bochín, ¿no, Mar?— le preguntó Cari, con tono sugerente.
—¿Le arrimó al... qué?— pregunté, confundida.
—Ah, que caradura— comentó Jaz.
—Sí, re caradura— respondió Mar —Escuchá como fue. Cuando me lo cruzo en el pasillo— pausó unos segundos y siguió —Él, por supuesto, con carita de perro mojado— bufó —Escuchá lo que me dice el re caradura.
