Valentina Brescia Wunder regresa al país que la vió nacer sin saber que la magia empezaría a partir de aquél momento. ¿Qué misterios le depara la vida?
[Simón Arrechavaleta x OC!]
Basado en la segunda temporada de Casi Ángeles.
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Hoy las clases estuvieron un poco aburridas. Simón llegó nunca porque él y su grupo tenían una junta y luego tendrían ensayo para el concurso. Además de eso, los chicos del Hogar Mágico tampoco fueron al colegio, no sabía si era también debido a ensayos, o porque aún seguían afectados por lo qué pasó ayer. Me sentí bastante sola, ni Sebastián apareció. Raro.
Eran momentos con esos en los que me sentía... un poco de lado. Sentía que ellos tenían sus grupos, su música y yo... no tenía nada. Y sí, es verdad que me salí del grupo cuando fui seleccionada, pero es más que probable que solo me hubiese gustado estar en el grupo del Rockland por Simón, no pienso que yo lo hubiese disfrutado tanto. ¿Me gustaba la música tanto como a ellos? Sí, pero no me sentía suficiente para hacerlo.
Aunque no lo admitía tan seguido y no me atrevía a decirlo en voz alta, tenía mucha inseguridades.
—¿Bombón?
Al escuchar la voz de Sebastián, me giré y le sonreí. Parecía también estar llegando a la mansión.
—No viniste a clase, me sentí abandonada.
Lo escuché reír —Se me pegaron las sábanas.
—¿Y se puede saber para que quieres entrar? Digo, ¿es por alguien especial?— sonreí con picardía.
—Algo así— se encogió de hombros —En realidad... me llamó Mar. Solo me dijo que los chicos querían hablar conmigo.
Fruncí mi entrecejo —¿De qué será?
—Ni idea.
—¿Y cómo estás?— pregunté, realmente interesada en saberlo —No hemos hablado mucho como antes, extraño nuestras pláticas.
Me abrazó por los hombros —Yo sé que extrañás a este bombón, pero ahora tenés a Simón y no se me da estar ahí, metido entre ustedes.
—Que esté con Simón no quiere decir que no tenga amigos— le di un empujón —Tienes las puertas del hogar Brescia abiertas siempre.
—Lo sé, bombón.
Entrelacé mi brazo con el suyo —Y no respondiste a mi pregunta. ¿Cómo estás? Y quiero la verdad.
—Ahí voy— suspiró —No me siento tan bien con lo que pasó. Thiago es como un hermano para mí, no me gusta estar peleado con él, pero... siento que yo también merezco ser feliz.
Asentí —Y no te equivocas. Ayer, Thiago dejó claro en que equipo está, así que no tienes que sentir esa culpabilidad por querer ser feliz y ver por ti mismo.
—No quiero causar más daño del que ya ocasioné.
—Amas a Mar— no fue una pregunta. Él asintió, yo sonreí —Entonces lucha por ella.
Me miró —¿Vos decís?
—¿Qué podrías perder? Si a Thiago no le importa o no quiere más tu amistad, entonces sigue adelante. Te enamoraste, sí, pero eso no es un crimen.
