HOY: LA TELENOVELA

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Día de colegio, que aburrido

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Día de colegio, que aburrido. ¿Lo peor de todo? Me volví a despertar con el mismo sueño que ahora me perseguía todas las noches. Además, aún tenía algo de dolor en el brazo derecho y no me dejaba dormir bien. Felizmente no lo tenía roto, pero dolía más de lo esperado debido a que el peso de mi cuerpo cayó sobre el, añadiéndole el peso de Mar.

Y hablando de Mar, la pobre estaba triste, supe que los chicos, sobre todo Tacho, se enfadaron bastante con Thiago por el puñetazo que le dió, pero me hizo saber que no tenía moretones, solo dolor. Yo seguía sorprendida ante la reacción de Thiago, fue como si su enojo pudiera más y eso me preocupaba mucho.

Cuando terminé de ponerme el uniforme, agarré el bolso que siempre llevaba a clases y salí del cuarto. En el comedor, encontré a mis abuelas, tomando el desayuno juntas.

—Buen día— saludé, besando sus mejillas —¿Y mis abuelos?

—Durmiendo— respondieron al unísono.

Marta apareció con un plato de frutas y un vaso de jugo en la mano. Por el color, supuse que sería uno de fresa.

—Buenos días, Martita— saludé, sonriente.

Ella me sonrió —Buenos días. Ten, y tomá aquí las pastillas para el dolor.

—Ay, gracias.

—¿Querés algo más de comer? Puedo preparar los panqueques te te gustan.

—Uh, no, con esto es suficiente— aseguré —¿Sabes dónde está el bolso que llevo para los talleres? Hoy tengo taller de baile por la tarde.

Asintió —Sí, me parece que lo dejaste en el patio el otro día. Ahora te lo traigo, vos desayuná. ¿Meto el mismo conjunto?

—Te lo agradecería.

—Vale, ya regreso.

Ella se fue y yo tomé un sorbo de mi jugo. En efecto era de fresa.

—¿Cómo vas con el brazo, mi niña?— preguntó una de mis abuelas —¿Aún te sigue doliendo?

Me encogí de hombros —Me duele menos, pero no me dejó dormir— me quejé —Supongo que pasará, eso espero.

—Esperemos que sí.

—¿Hoy vienes a comer a casa?

Negué —No, pero no se preocupen que llevo dinero para comer por allá. Está el bar de mis amigos, allá puedo comer algo.

—Te vamos a extrañar mucho, pero me pone muy feliz que vayas a visitarnos en tus vacaciones— me sonrió mi abuela —Quizá, hasta puedas llevar a tu novio.

Parpadeé —No tengo novio— mentí.

—Claro, claro— comentó la otra, con sarcasmo.

—Pero sí las visitaré.

Midnights ✨ || Casi ÁngelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora