HOY: EL BOOMERANG, LA ESPADA Y LA LLAVE

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Cielo nos dejó sacar sus juguetes para investigar, y no estaba segura de que mucho encontraríamos en ellos, pero no perdíamos nada con intentarlo

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Cielo nos dejó sacar sus juguetes para investigar, y no estaba segura de que mucho encontraríamos en ellos, pero no perdíamos nada con intentarlo. Eran importantes, eso era lo único que sabíamos.

—¿Y si lanzas el boomerang?— propuse.

—¿Vos decís?

Me encogí de hombros —Puede que este vuelva, no sé, pero... ¿quizá nos lleve a una dirección? O quizá lo perdamos...

—Simón.

Me reí —¿Qué?

Con la cabeza me indicó que mirara al frente. Abrí los ojos cuando me percaté de que estaban Simón, Mar y Sebastián. Ellos también nos vieron.

—Thiago, Valentina— Mar saludó, tenía fruncido el ceño, observándonos con sospecha.

—Bombón— Sebastián me guiñó un ojo —No fuiste hoy a clases.

—¿Qué hacen acá?— preguntó Simón, también con su entrecejo fruncido.

Thiago y yo intercambiamos una mirada rápida sin saber que decir —¿Investigamos?— respondimos.

—Ah... investigan— Mar repitió entre risas —¿Qué, con un boomerang y una espada?

—Sí, pasa que...— Thiago dudó —Esta.... espada de madera y este boomerang no...

Decidí ayudarlo —No son solamente una espada de madera y un boomerang.

Mar, Simón y Sebastián se miraron, confundidos y luego asintieron. Sí, aquello había sonado tonto, ya lo sé. Pero era así, no sabía de qué otra forma pude explicarlo mejor.

—Ah, no, claro, no, sí sí sí— Mar comentó tratando de no reír —¿Y por qué no usan el boomerang? ¿Ya lo usaste, ya tiraste?

Thiago miró el objeto —No, estaba en eso.

—Y tiralo, así investigan mejor.

Mar se burlaba de nosotros, decidí ignorarla y le di un pequeño asentimiento a Thiago. Este suspiró, le dió una mirada al boomerang y lo lanzó. Este no se fue, en su lugar, se metió a una casa por la ventana. Los cuatro jadeamos.

—Uh.

—¡Thiago!

Corrimos hacia la casa para pedirle a la persona de adentro que nos regrese el boomerang. Pero, claro, tan mala era nuestra suerte que todo salió mal. No solo mal, pésimo.

¿Qué pasó? La dueña de la casa era Cristina, sí, esa jurado amarga del concurso. ¡Pero eso no era todo! Rama y el Ángel Rojo estaba con ella... amarrados. El ex novio de Valeria, Gabo, se había metido a esa casa a robar con otro compañero y los agarró justo en ella a todos. Gabo nos amarró a Mar, Sebastián, Simón, Thiago y a mí. ¡Qué gran ayuda nos dió ese tonto boomerang!

Midnights ✨ || Casi ÁngelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora