Valentina Brescia Wunder regresa al país que la vió nacer sin saber que la magia empezaría a partir de aquél momento. ¿Qué misterios le depara la vida?
[Simón Arrechavaleta x OC!]
Basado en la segunda temporada de Casi Ángeles.
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El día de hoy, por lo menos las primeras horas de la mañana, fueron de reuniones para ver el tema de la fiesta que quería hacer por mi cumpleaños número dieciséis. Si bien no pensaba hacer nada grande, no quería dejar de tener algo lindo en casa y mis papás me dejaron que yo decida todo, aunque le pedí a mi mamá que me ayudase porque confiaba en ella y su criterio. Ella era muy buena organizando fiestas.
Algo muy extraño es que, desde que desperté, tenía una sensación horrible en el pecho, como si fuera el de un mal presentimiento. Supuse que era por todo lo de mi fiesta, o por lo menos eso quería creer.
—Valentina.
Miré a mamá y le hice saber que la escuchaba. Ella, me sonrió y extendió algo, mostrándomelo.
—¿Y esto es...?
Puso los ojos en blanco —Léelo.
Me reí y agarré el papel para analizarlo mejor. Vi el nombre de un hotel que parecía estar en una playa, una isla o algo parecido, pero no comprendía.
—¿Me están reglando un viaje a una isla?— sonreí, imaginándome todo.
—No, Valentina, no es tu regalo de cumpleaños.
Hice un mohín —¿Entonces? ¿Nos vamos de viaje?
—Tibio— sonrió —Ya sabes que nuestro aniversario de bodas es un par de días después de tu cumple, lo cual me llevó a pensar en que regalarle a tu papá.
Entonces, comprendí de que se trataba —Y le vas a regalar este viaje sorpresa.
—Bingo— confirmó.
—Que lindo— sonreí —Creo que a papá le gustará y estoy súper segura de que necesita un descanso del trabajo. Que mejor idea que unas mini vacaciones.
Asintió —Sí, es una de las razones por la cuales me decidí por un viaje sorpresa.
—Además de que siempre viajan a un lugar por sus aniversarios— me reí.
—Nada como nuestro aniversario número cinco.
Sonreí. Fue aquel aniversario en el me adoptaron y oficialmente pasaron a ser mis papás. Siempre creí que volverían a adoptar, pero siempre me decían lo mismo, que conmigo era suficiente. Admito que no me desagradaba la idea de tener un hermano o una hermana, de pequeña era uno de mis sueños.
—¿Entonces cuando se irían?
—Pasando tu cumpleaños, claramente— me sonrió.
Fruncí mi ceño —¿Segura?
—Por supuesto, nena, no podemos dejarte sola— le sonreí —Es tu cumpleaños, tiene que ser un día tan especial como lo es todos los años.
—Por lo menos sabemos que realmente cumplo ese día— comenté entre risas —Supongo que el que me hayan dejado con un papel con toda la información sobre mí afuera de aquel convento no fue tan malo.
