Valentina Brescia Wunder regresa al país que la vió nacer sin saber que la magia empezaría a partir de aquél momento. ¿Qué misterios le depara la vida?
[Simón Arrechavaleta x OC!]
Basado en la segunda temporada de Casi Ángeles.
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Pasaron dos semanas bastante rápido, y es esas dos semanas, sucedieron cosas interesantes. Santiago y yo salimos más seguido y mis sentimientos hacia él habían cambiado, pero no era nada como lo que yo sentía por Simón.
Jazmín nos había contado a Mar y a mí que trabaja como mucama en la casa de sus tíos y que usaría la oportunidad para investigarlos. Ellos no tenía idea de quién era ella, pero igual le dije que se cuide, no me daba mucha confianza. Y otra cosa sobre ella es que su superhéroe existía, y se había vuelto famoso en el país. Se hacía llamar el Ángel Rojo. Salía en la televisión y en los periódicos como un héroe, había un aire familiar en él. Extraño.
Sebastián había estado ignorándome. ¿Por qué? No tenía idea. Cuando lo llamaba era muy cortante y la llamada no duraba más de tres minutos. Cuando lo veía en el colegio, me saludaba cortante y luego me dejaba para irse con Simón. No entendía que había pasado, de pronto pase de ser su mejor amiga a una simple conocida. Me dolía, pero haría nada.
Otra cosa importante qué pasó fue que me desmayé cuando iba de camino a casa al Hogar Mágico, y me desperté en el departamento de Franka. Extraño.
••••• FLASHBACK •••••
Ibade camino a casa de las chicas para ayudarlas a elegir sus vestuarios para el repechaje. En el bar de los chicos, me encontré con Santiago.
—Ey— me sonrió, al notar mi presencia.
Besé su mejilla —Hola, ¿me estás siguiendo?— reí.
—La verdad es que sí, soy tu acosador— bromeó.
—Prefería el término fan, pero me acostumbraré.
Soltó una risa —¿Venís a visitar a tus amigos?
—Sí, quedé con las chicas para ayudarlas en un par de cositas— respondí —¿Y tú? ¿Alguna cita?
—Mi última cita fue hace dos días, y fue contigo en un restaurante muy lindo, no se si te acordás— dijo con los ojos entrecerrados, me reí.
—Me acuerdo perfectamente— respondí, haciendo que sonría —Bueno, te dejo que las chicas esperan.
Asintió —Dale, te veo luego.
Asentí y besé su mejilla antes de alejarme. Caminé unos pasos y me detuve en la reja de la mansión ya que sentí mi celular sonar. Abrí mi bolso y metí mi mano para buscarlo, pero no llegué a hacerlo, todo se puso negro y en completo silencio.
—¿Valentina? Valentina, Valentina, Valentina.
Sentí una presión fuerte en la cabeza y escuché que me llamaban repetidas veces. Era una voz conocida que no dejaba de llamarme en voz baja.
