Valentina Brescia Wunder regresa al país que la vió nacer sin saber que la magia empezaría a partir de aquél momento. ¿Qué misterios le depara la vida?
[Simón Arrechavaleta x OC!]
Basado en la segunda temporada de Casi Ángeles.
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A la mañana siguiente, despertamos temprano, ya que teníamos que alistarnos para la boda de mi tía con Ciro. ¡Y cómo me encantaban las bodas! Eran, en verdad, de mis cosas favoritas, pese a que sí me hacían lloran siempre. Sabía que la boda de mi tía, no sería la excepción pese a que sería más sencilla, más íntima.
Entré al baño soltando un bostezo, justo al mismo tiempo que Simón entraba. Ambos nos miramos y soltamos una risita.
—Buen día— me saludó.
—Buen día.
Caminamos hacia los lavatorios y al ver mi cabello en el espejo, decidí mejor atarlo en una coleta. Las chicas tendrías que ayudarme a arreglarlo. Cari no fallaba nunca en dejarlo bonito.
—Esperaba verte llegar al cuarto— me dijo, y pude notar su tono divertido —¡Te dejé un espacio en la cama y todo!
—¡Simón!— lo miré mal.
Él se echó a reír —¡Es una broma!
—¿Sí? Pues no me gustan esas bromas.
Ay, pero si te encantan, tonta.
—Vale, vale, no más bromas de ese tipo.
—Mmm.
—¿Lista para ver a tu tía casarse?
Reí —No.
—¿No? ¿Por qué?
—Es broma— volví a reír —Mi tía se merece amor, merece ser feliz y Ciro la hace feliz, la ama, así que me pone muy contenta presenciar esa unión.
Él asintió.
Lo miré —¿Sabes en quién estaba pensando?
—¿En mí?— preguntó con coquetería.
Le di un pequeño manotazo —¡No, tonto! En Sole.
—¿La extrañás?
—Sí, a ella y a Valentín— confesé —Quisiera verlos, pero... tus papás no dejarán que los traigas aquí, al Hogar Mágico, ¿verdad? ¿Siguen enojados?
Simón bufó —Enojados es poco. Mi viejo vino y no está nada feliz con que esté viviendo aquí— negó y encogió sus hombros —Igual me importa poco eso porque no pienso regresar a vivir con él.
—Pero extrañas a Sole y a Valen.
—Y sí— sonrió de lado —Los extraño mucho.
Entrecerré los ojos —Algo podremos hacer.
—La única manera de que vea a mis hermanos.. es regresando a mi casa y ya te dije que no regreso ni aunque mi viejo me pague.
Sonreí —No es la única forma.
—¿No?— ladeó la cabeza —¿Qué pensás hacer?
—Bueno... tu mamá no me odia, así que... digo, me puedo presentar en tu casa con alguna excusa y mi ex suegrita podría dejarme verla— propuse —Algo, algo inventaré para que me deje sacar a Valentín y Soledad. Dudo que se niegue.
