Valentina Brescia Wunder regresa al país que la vió nacer sin saber que la magia empezaría a partir de aquél momento. ¿Qué misterios le depara la vida?
[Simón Arrechavaleta x OC!]
Basado en la segunda temporada de Casi Ángeles.
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Después de un tranquilo fin de semana, empezó un lunes tranquilo. Si bien no era mi día preferido, me levanté con el mejor de los ánimos, recordando que tendría un taller de baile en casa de los chicos y que sería dictado por Feli. En un inicio, no iba a ir, pero fue ella misma quien me pidió que asistiera, así que no pude negarme.
Las clases de hoy en el colegio serían cortas, ya que los profesores tendrían una reunión así que íbamos todo a salir temprano. Y así fue, pero no me quejé y disfruté de poder salir más temprano aunque tenía que ir a las clases de Feli. Simón tenía que hacer un par de cosas, pero prometió en llamarme después o visitarme en casa cuando terminara. Obviamente le dije que sí, aunque me hubiese gustado estar con él en la clase de Feli.
Cuando estuve ya cambiada, entré con las chicas al salón donde siempre teníamos las clases de baile o canto en la mansión. Feli nos puso a estirar con un poco de música.
—Eso, todo a ritmo. ¿Ven mi cuerpo?— señaló —Se mueve a ritmo. ¡Todo lo podemos hacer a ritmo!
Me reí al ver a Jazmín y Vale, en el piso, sentadas y sin muchas ganas de bailar. Parecían aburridas del taller y ni siquiera habíamos empezado aún.
—Eso es expresión musical, ¿sí?— Feli continuó, le sonreí —Esto que escuchamos es un swing— habló, moviéndose —Y nació en los años treinta dentro de la música popular norteamericana.
Tacho hizo un movimiento medio extraño.
—Que torpe que sos, Tachito— Feli se acercó a él y trató de ayudarlo —A ritmo, ¿sí?
—Dale.
Jazmin se tumbó por completo sobre el piso. Reí al ver que cerraba los ojos para dormir.
—Jazmincitis, la noche está hecha para dormir— se acercó a ella para levantarla —¡A ritmo me levanto! ¡Eso!
A Valeria y Jazmín no les quedó más que pararse y seguir a Feli.
—¡Uy!— Feli exclamó y todos giramos para ver que era. Era Caridad —¡Muy bien la rezagada! ¡Vamos! ¡Ubíquese para la clase!
—¿Clase?— escuché la voz de Nacho.
—¡Y te estamos esperando!— Feli lo metió al salón.
Entrecerré los ojos. ¿Habían estado juntos? Porque era mucha coincidencia que justo llegaran juntos al salón. Si el cachetón se atrevía a herirla otra vez, no iba a dudar en golpearlo. Cari era tan inocente y me temía que el amor la cegara.
—¡Thiago, justo!— exclamó Feli.
Thiago le sonrió y dejó que lo metiera al salón. Feli estaba bastante entusiasmada con la clase.
—Vamos, todos mirando al espejo— indicó y todos obedecimos —Preparados para la coreo, eh. Cinco, seis, siente y va.
Seguimos su pasos al ritmo de la canción. Sonreí a Thiago cuando este me miró y me burlé cuando no pudo hacer un paso. Cuando acabó la canción, Feli puso una un poco más movida.
