Valentina Brescia Wunder regresa al país que la vió nacer sin saber que la magia empezaría a partir de aquél momento. ¿Qué misterios le depara la vida?
[Simón Arrechavaleta x OC!]
Basado en la segunda temporada de Casi Ángeles.
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Sentí una mano acariciar mi rostro con delicadeza. Comencé a abrir los ojos lentamente hasta que vi a mamá y me tardé un poco en darme cuenta de que estaba en mi habitación, acostada en mi cama. Era extraño, lo último que recordaba era a relojito.
—Te quedaste dormida, mi amor— mamá habló.
Me percaté de que era de noche, yo había dormido por un par de horas y había dejado de llover.
Me senté y froté mis ojos.
—¿Te sientes bien? Tienes los ojitos hinchados, mi amor— mamá acunó mi rostro —¿Qué va mal?
La miré —Solo... estoy triste. Tu y papá se van y- y me quedaré sola— encogí mis hombros —Llévame, mamá— pedí —Por favor.
No era del todo mentira, me ponía triste su viaje y estaba sensible por eso también.
Mamá frunció el ceño —Valen, ¿qué ocurre? Tu no tenías problemas con quedarte hace unos días— se sentó a mi lado —Hasta te escuchabas emocionada de quedarte con tus amigos. ¿Qué cambió?
No podía contarle. No podía ser egoísta con papá y con ella y arruinarles el viaje.
—Es solo que los extrañaré, nada más.
Mamá sonrió —Solo serán un par de semanas. Nos regresáramos en cuanto menos te des cuenta— rió, acariciando mi cabello.
—Lo sé— le sonreí —No me hagas caso, mamá. Me pongo sentimental, ya sabes cómo soy.
—Bueno— sonrió —¿Estás lista para llevarte?
Fruncí mi ceño —¿Llevarme? Pensé- pensé que me llevarían mañana antes de su vuelo. Además... aún no hice mis maletas, me olvidé.
—Es solo que el vuelo es en la mañana y te prefiero dejar hoy con más tranquilidad— respondió —Y no olvidaste hacer tus maletas— soltó una risa corta y señaló hacia un lado de mi cama —Ahí están.
Efectivamente, las maletas estaban listas. No sabía que no las había hecho, así que estaba confundida, muy confundida. Entonces sonreí y pensé en quien pudo haber sido; relojito.
—Me parece que aún estás dormida— mamá se rió.
Yo también reí —Sí... creo que sí.
—Bueno— se puso de pie —¿Necesitas tiempo para arreglarte o hacer algo más?
Negué —No, yo... estoy lista.
—De acuerdo— sonrió —Entonces te espero abajo. Tu papá nos llevará, ¿de acuerdo?
—Está bien.
—Me voy llevando las maletas al auto.
Asentí —Gracias, mami.
Mamá dejó un beso en mi sien y salió de mi cuarto. Me levanté de mi cama y confié en que todo estaba ya en mi maleta, no tenía ánimos de buscar más, y tampoco me importaba mucho.
