Valentina Brescia Wunder regresa al país que la vió nacer sin saber que la magia empezaría a partir de aquél momento. ¿Qué misterios le depara la vida?
[Simón Arrechavaleta x OC!]
Basado en la segunda temporada de Casi Ángeles.
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Muchas cosas sucedieron esta última semana, eran cosas buenas y malas. Para empezar, mi tía regresó de su viaje a Brasil y aquello me puso feliz, pero me puso triste lo que pasó entre ella y Nico. La consolé, lloramos, reímos y estuve con ella mientras hacía la maleta de Esperanza, para irse junto con ella al loft de Salvador. No estaba de acuerdo con esa decisión pero ella estaba dolida. La culpa era de Nico, ya que la había ilusionado y no había sido honesto con ella ni con Cielo. Secretamente yo pensaba que merecía estar solo, por lo menos por un tiempo hasta que se aclare con sus sentimientos.
Otra cosa importante que pasó en la semana, fue el encuentro entre Lleca y sus papás. Bueno, no tanto así como un encuentro, pero finalmente encontró a sus padres y aquello nos puso feliz a todos. Toda su estadía en Brasil convivió con su papá sin saberlo y ambos, luego de compartir sus historias de vida, se dieron cuenta de muchas casualidades en estas. No fue hasta que Cielo y Nico le hicieron una prueba a su mamá, Mercedes, de ADN que descubrieron que ella y Marcelo eran los verdaderos padres de León. ¿Lo malo de todo esto? Su mamá, Mercedes, había sido injustamente detenida por un presunto robo y aquello tenía mal al pequeño. Pero no solo eso, por hacer un "escándalo", metieron también al papá, a Nico y a Cielo. Los cuatro estaban detenidos.
Lleca no se había querido mover de la comisaría, el pobre estaba a la espera de que liberen a sus papás, no había llegado a la mansión a dormir. A Mar, Jaz, Tacho, Rama, Thiago y Feli se les ocurrió que todos podíamos ir para apoyarlo y yo no quería porque lo sentí como algo de ellos que se conocían más, claro que ninguno quiso dejarme afuera, todos los chicos me insistieron y, claramente, no pude negarme, así que aquí estábamos, entrando a la comisaría llenos de pancartas para apoyar a nuestro amigo e incluso Rama había traído su guitarra para cantar.
León estaba de espaldas cuando llegamos, giró con lentitud unos segundos después y su sonrisa creció mucho más al vernos y se acercó a nosotros rápido. Todos lo abrazamos. Me percaté de que un señor le sonreía enternecido y se acercaba a nosotros, cómo llevaba traje asumí que era el abogado.
—Vos andá— Lleca le habló —Yo me quedo con mis amigos.
—Bueno— aquel hombre sonrió —Confiá. Los voy a sacar a todos, eh— nos miró —Permiso.
—Gracias.
Feli nos miró —Bueno, a lo nuestro, eh.
—¿Con cuál arrancamos?— Rama preguntó con su guitarra en la mano.
Lleca sonrió —Con la que vos quieras, hermano.
Todos nos sentamos en el piso, dejando las cosas a nuestro lado y, felizmente, los policías miraban sin decirnos algo al respecto. Rama comenzó a tocar la guitarra y todo nos sonreímos.
Los milagros ocurren cada dia Si tenemos la fuerza de soñarlos Si intentamos y volvemos a intentarlo Aparecen y transforman lo deseado
