HOY: EL MAL DE LA ÉPOCA

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Un nuevo día empezaba, pero era día de colegio, así que me levanté temprano para alistarme a tiempo y desayuné con mis papás en el comedor

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Un nuevo día empezaba, pero era día de colegio, así que me levanté temprano para alistarme a tiempo y desayuné con mis papás en el comedor. Mis ánimos no eran los mejores ya que Simón solo me ignoraba pese a mis intentos para que hablemos. Me dolía, y no entendía por qué estaba tan enfadado si yo no le había hecho nada. ¿Hice mal en no contarle antes? ¿Debí ser honesta con él? Quizá todo era mi culpa.

Fingí estar bien frente a mis papás ya que no quería que se preocuparan por mí. Arreglaría las cosas con Simón, no podía ignorarme siempre. No quería que sigamos así de mal, quería arreglar todo y que nada cambie. ¿Era mucho pedir eso?

Papá se ofreció a llevarme al colegio y, como era un poco temprano aún preferí esperar a Simón afuera. Finalmente, llegó luego de lo que parecieron horas.

—¡Simón!— exclamé, con una sonrisa y me acerqué tan rápido como pude a él —Te estaba esperando y-

—¿Qué querés?

La dureza con la que me habló causó que retroceda. Sin embargo, no iba a rendirme.

—Que hablemos— respondí —¿Puede ser? Quiero-

Simón suspiró —No quiero hablar, no quiero llegar tarde al aula y ganarme problemas con mi viejo. Lo podemos dejar para después.

—¿Por qué me tratas así?

—Valentina, yo... necesito pensar, ¿sí? Tiempo, eso quiero, solo eso.

Parpadeé —¡Yo no te he hecho nada!

—¡No quiero discutir ahora!

Mordí mi lengua para evitar gritarle y evitar pelear con él. No entendía su actitud, o quizá sí, quizá era por mi culpa. No podía evitar sentir eso.

—¿Todo bien aquí?

Simón y yo giramos para ver que se trataba solo de Thiago. Mi hermano tenía el ceño fruncido, se veía algo enojado, pero no era conmigo, era con Simón.

—Sí, todo bien— respondí rápidamente —¿Vamos? Entremos a clases, ¿sí?— le pedí.

Thiago me miró, volvió a mirar a Simón y asintió, a lo que yo suspiré aliviada. No quería que peleen, se armaría algo más grande.

Sin esperar a Simón, tomé la mano de Thiago para jalarlo y así entrar al colegio. Entramos al salón de clases y yo enterré la cabeza en mis brazos, triste y con menos ánimos que antes.

—Ey— la voz de Thiago llamó mi atención —¿Todo bien? ¿Qué pasó con Simón? ¿Te hizo algo?

Levanté la cabeza y negué —No, yo... nada, él no ha hecho nada— bufé —Creo que fue mi culpa.

—¿De qué hablás?

—Eso. Debí ser honesta con él y decirle que tú y yo somos hermanos— suspiré —Piensa que no confíe.

Midnights ✨ || Casi ÁngelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora