Más calmada, y casi totalmente respuesta de la crisis, miro la ciudad pasar.
Me dirigo hacia el club dónde va a comenzar otra vez mi calvario, pensaba que iba a estar mas inquieta, pero estoy relativamente tranquila, algo que me sorprende, supongo que ya he aceptado mi destino y estoy mentalizada para lo que viene.
Veo a los dos hombres que están sentados frente a mí en la camioneta, los dos con expresiones serías, atentos a cualquier reacción mía.
Pero simplemente me muestro impermeable ante todo lo que puedo sentir, es hora de tomar el consejo de la persona que más admiro.
Me mostraré fría y como una reina como ellos quieren, dejaré todos mi sentimientos en el fondo de mi, así sufriré mucho menos.
Espero conservar esta mentalidad durante mucho tiempo.
-En cuanto tengas los códigos, debes mandar una señal para sacarte de ahí y destruir todo-dice Leonardo Mancini, mientras que me mira intensamente.
Esta vez la orden es como el como el líder, no como mi padre, por eso asiento con mi cabeza seriamente, aunque yo ya tenga otros planes.
-Tu seguridad está cubierta, los asuntos del exterior, nosotros los resolveremos, por eso no te preocupes -dice mi hermano mientras que se inclina y me pone su mano en la pierna, transmitiéndome su fuerza.
Confío en ellos, se que pararan a di Luca, y que me mantendrán alejada de toda la policía.
No hablo más, se que todo está dicho, no hay porque gastar más palabras, todo esta pensado desde hace mucho tiempo.
Aunque en los últimos días, yo le haya echo un par de cambios al plan, los cuales solamente se yo.
Eso puede hacer que en algún momento,todo se vaya a la mierda, pero se que es lo mejor para todos.
A los pocos minutos,l legamos al gran club "Infierno" , las camionetas se paran en la puerta, y me quedo un momento simplemente mirando todo alrededor.
Hay bastante seguridad, sólo puedo llegar a ver las puertas rojas del club, así que vuelvo mi mirada hacia ellos.
Armand me coge la mano y la aprieta, sin dejar de mirarme, sabiendo que las palabras sobran entre nosotros.
De mi nace una sonrisa, me arrastro hasta que lo abrazó, aunque sé que no le gusta el contacto físico, se que nunca me negara a mí uno de sus abrazos.
-Cuidalos-le susurro al oído antes de sepárame y mirar a la otra persona, que simplemente me coge la cara y acerca nuestra frentes.
-He criado una líder, alguien fuerte y valiente, aunque tú no te lo creas-dice mirándome a los ojos y haciendo que esté atenta a sus palabras -aguanta y se fuerte, nunca dudes de tus actos-dice en voz baja mientras que me besa la frente, y ya no vuelve a mirarme.
Se que nunca le han gustado las despedidas, por eso tocó dos veces el cristal de la camioneta, haciendo que la puerta de la camioneta se abre enseguida.
Me bajo sin mirar atrás, cuando piso el asfalto con mis convers negras miro mi objetivo, y respiro profundo por última vez.
Otra de vuelta a este lugar.
-Que ironía de la vida, hace apenas unos años estaba rescatando de este mismo club, y ahora vuelves por tus propios pies-dice la persona que me ha abierto la puerta,y que se encuentra al lado mía a unos pasos de la camioneta.
-La vida da muchas vueltas amigo, pero no dudo que lo harías otra vez si hiciera falta-le digo mirándolo por última vez.
Una sonrisa triste nace de mi al mirarlo, pero aun con sentimientos encontrados me mantengo firme y no los saco al exterior.
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El sacrificio de la reina (+21)
Teen FictionUna chica que luchó tanto para desvincularse de la mafia, que solo ansiaba la paz de las pequeñas cosas de la vida.. Quién le diría a ella que se sacrificaría por las personas que más amaba, que dejaría absolutamente todo para adentrarse en las fila...