Camino con seguridad mientras que me hago una coleta alta, intento no pensar en nada como he echo las anteriores horas, y centrarme en mi próximo objetivo.
Sindy camina a mí lado, mientras que va rebuscando en su bolso,y me ofrece un móvil de un momento a otro.
Uno que conozco muy bien, y que me hace pararme en mitad del pasillo ocasionado que los pocos hombres que me siguen camuflados de militares se paren a mis espaldas viendo que me he quedado parada mirando a Sindy.
—Pase por tu casa antes de coger el avión que me envió tu hermano —habla con lentitud mientras que me pasa mi móvil personal, el que deje atrás una vez que me marché de alli—cogi algo de ropa tuya, tus camisetas favoritas, igual que tu móvil y tu mac—habla mientras que me mira de reojo evaluando mi reacción, pero no hay ninguna, solo la miro mientras que habla—tu ropa y tu portátil se lo di a Armand, pero me quedé con tu móvil, prefiriendo dártelo a ti misma —habla de nuevo mientras que yo tengo el movil en mis manos y lo enciendo.
Muchos pensaran que solo es un móvil, pero aquí tengo cosas demasiado valiosas, como un bloc de notas infinito con libros a mitad de escribir o todo el control de negocios que he ido construyendo con los años.
—No lo he encendido aunque me sepa tu contraseña, he prefiero respetar tu privacidad—no tiene por qué decirlo, ya que se que siempre he confiado en ella, por eso siempre ha tenido el acceso a todo—no sé si tendrá carga, deberemos pedirle un cargador a tu hermano seguramente —habla en voz baja mientras que rebusca en su bolso, pero yo desconecto mi mente en el momento en el que se enciende,y aparece en pantalla una foto que adoro.
Me hace sonreír tan solo con verlo, hace que acaricie la pantalla concentrándome en su cara, extrañandolo, deseando verlo y poder abrazarlo.
De pronto la pantalla se llena de notificaciones quitándome su visión, aparecen mensajes al igual que de llamadas de personas a las que conozco, todos se remiten a los primero días en los que llegué aquí y desaparecí del mundo en el que vivía.
—Se me olvidaba comentártelo, todos tus amigos han estado preguntando por ti diariamente, un poco cansinos debo decir—habla mientras que se asoma y ve mejor lo que se muestra en la pantalla de mi móvil, viendo como yo que esas personas me llenaron de mensajes antes de seguramente contactar con ella—algunos hasta los primeros días me preguntaban varias veces al día, luego cada día me volvían a preguntar sin falta, hasta que he tenido que volver contigo—habla mientras que yo leo todos los mensajes por encima.
Sonrió al saber que no me han olvidado, que se han preocupado por mi desde el primer momento, aunque no sabían ni la mitad de lo grave que era el asunto para desparecer de un día para otro.
Siempre han sabido que estaba metida en líos de armas y de drogas, a los más cercanos si que es verdad que con los años han conocido a mí familia, pero no sabian la magnitud que alcanzaban los negocios, ni que mi padre era un asesino y un mafioso, ellos siempre han pensado que yo estaba involucrada en bandas callejeras, que hacía trabajos esporádicos transportando mercancía.
Pero aún así se han mantenido a mi lado, nunca le han tenido miedo a meterse en líos por permanecer a mí alrededor.
Con los años he creado una familia fuera de aquí también, que ahora me demuestran que una vez mas que me están apoyando en la otra parte del mundo, aunque no saben lo que ha pasado, cada uno de ellos sigue ahí.
Miro cada uno de los mensajes, esperando ver uno en concreto, pero no hay ni uno de él, por lo visto si que era cierto que me ha eliminado completamente de su vida, incluso desde el principio.
Hace que se forme una grieta más grande en mi, haciendo que apague la pantalla con un sabor amargo en mi, me meto el móvil en el bolsillo mientras que no puedo evitar preguntar algo que me hará daño, pero necesito saberlo.
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El sacrificio de la reina (+21)
Teen FictionUna chica que luchó tanto para desvincularse de la mafia, que solo ansiaba la paz de las pequeñas cosas de la vida.. Quién le diría a ella que se sacrificaría por las personas que más amaba, que dejaría absolutamente todo para adentrarse en las fila...