Capitulo 29

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Estoy sentada a su lado, no desaprovecha ni un segundo la oportunidad de marcar su territorio delante de los mios.

Su mano está al borde de mi vestido, sus dedos juegan con la tela mientras que su otro brazo esta en el respaldo del sofá de cuero, de vez en cuando acaricia mi pelo, haciéndome sentir agobiada por la pérdida de espacio como siempre.

Armand esta enfrente mía, no para de  mirar sus manos y la manera en la que domina mi cuerpo solamente tocándome.

Porque eso es lo que hace, pero no puede ocasionar nada más en mi, porque por ahora tengo el control de todo mi cuerpo, puede que le haga ver que no es asi, pero la realidad es muy diferente.

Mi vista va hacia Leonardo Mancini, tiene los codos apoyados en sus rodillas, una copa en su mano derecha, mientras que mira a todos los hombres que hay a nuestro alrededor con suma atención y tranquilidad.

Guardias de ambos bandos rodean la estancia, a ambos lados de sus líderes se encuentran sus hombres de confianza, atentos a cualquier alerta que se puede ocasionar esta noche.

Marcell tiene su mano muy cerca de la glock que tiene en su cintura, aunque parece bastante sereno con ambas manos cruzadas delante de el, pero su mano esta demasiado cerca de la pistola, igual que Nikolai que lo mira como si quisiera cortarle el cuello, una de sus manos están sobre una de sus cuchillas, el no disimula en ningún momento, el esta preparado para la acción.

La tensión a cada minuto se nota más en el ambiente, hace un rato la persona que no deja de tocar mi piel, ha planteado el motivo por el cual nos encontramos aquí.

Ha comentado que tiene la información del paradero de Danielo di Luca, y que ofrece su ayuda para exterminar esa parte de mafia.

Pero obviamente a puesto varias condiciones, aunque todavía no ha dicho la principal.

Desde entonces el silencio se ha instalado a nuestro alrededor, nadie ha mencionado ni una palabra, hasta que lo hace la persona que me no despega su mirada de mi ni un solo instante.

—Nunca hemos necesitado la ayuda de un enemigo para liquidar a otro—dice mi hermano mientras que toma un trago de su copa de whisky, subiendo su mirada de mi hacia los ojos del griego, asesinándolo con tan solo una mirada.

—Os conviene acceder ya que muy pronto seremos oficialmente familia y la familia se apoya en todas las situaciones, es una de vuestras principales reglas—dice haciendo que mis ojos vuelen rápidamente hacia el, sintiendo como esas palabras se cuelan en mi mente como una estampida.

Su mirada se cruza con la mía,sus labios se acercan lentamente a mi mejilla y deja un beso, mientras que acaricia mi cabello.

Esta haciendo un gran papel, tierno y amoroso, como si de verdad le importará, aunque sus ojos solamente hay satisfacción mientras que me mira, me tiene donde quería, en sus manos delante de todos los mios.

Siendo una muchacha movida a su antojo, sacando provecho de su obsesión retorcida que tiene por mi.

—Planeo casarme con esta belleza muy pronto—esas palabras hacen que se me hiele la sangre, suelta la bomba de una manera casual, como si eso no me hubiera matado un poco mas por dentro.

En todo momento he sabido que esa era una de sus metas, ya que al ser mi marido tendría una parte de poder en la mafia negra y eso le haría más indestructible, lo haría estar en la cima gracias a mí.

Pero que lo diga en un día como hoy, hace que todo en mi se descoloque, ya que es una de las cosas que más odiaría.

Casarme con el, sería mi sentencia de muerte.

El sacrificio de la reina (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora