Apoyada en la pared levemente, solamente con mi hombro tocando la pared, intento mitigar el cansancio, me concentro en mantener la mente despejada y centrada mientras que visualizo la escena que captan mis ojos.
Un chico que no tendrá más de treinta años es lo primero que observo, esposado a una mesa de metal y con la cabeza baja, sin mirar a ninguna persona que estamos a su alrededor.
Por su actitud y por su silencio, se esperaba que en algún momento nos enteramos de la traición, sabía que lo íbamos a descubrir muy pronto, pero aún así lo hizo.
Estaba jugando con fuego y al final se ha quemado.
Parpadeo un par de veces antes de observar la habitación totalmente negra, solamente con dos sillas y una mesa en el centro, todo es absolutamente negro menos las esposas que portan su mano fijadas a un gancho en el centro de la mesa.
Mis ojos van hacia Leonardo Mancini que está enfrente de el sentado, yo estoy en una esquina observando todo como la mayoría de veces, nunca me gustó este tipo de situaciones, no soy fan de la violencia por eso si puedo nunca me incluyo, pero aún así debo estar aquí si quiero enterarme de la información de primera mano.
Un ruido falta mi atención sacando mi vista de mi padre, mientras que veo como Kalid entra por la puerta, trae una copa en su mano,camina con elegancia hasta llegar a mi lado, mientras que sus ojos me repasan entera como siempre hasta llegar a mí.
Me separa de la pared con su mano libre, antes de apoyarse el y atraerme hacia el hasta que hace que me apoye en su pecho, intento no mostrar tensión, mientras su brazo se ciñe en mi cintura y su barbilla de apoya en mi hombro, mis manos se aprietan ligeramente por la sensación que me invade al estar así.
Pero aún así respiro y vuelvo a mirar a mí padre, que está demasiado calmado, sabiendo que ha perdido más de siete billones en armas perdidas por culpa de la persona que tiene en frente.
Sus ojos se desvían un momento hacia mi y ve como estoy al igual que su mirada se centra en mis manos apretadas, pero aún así ve que estoy bien o eso es lo que le trasmito antes de que vuelva su mirada hacia el chico.
—Te saquemos de la calle, hemos pagado cada uno de los tratamientos de tu madre enferma, te he hemos dado una formación militar que muchos quedrian, hemos pagado los estudios de tus hermanos—habla mi padre al fin mientras cruza sus manos encima de la mesa, al igual que noto como le da vueltas a una bala que tiene entre sus dedos—a pesar de darle vueltas, no me esperaba tu traición la verdad—termina de hablar mientras que pone enfrente de el perfectamente colocada la bala, a tan solo unos centímetros de sus manos esposadas.
Observo su cara, intentando leer sus facciones, pero no logro ver nada más que miedo, no hay súplica como otras personas en esta misma situación, el sabe que no valdrían sus palabras después de lo que ha echo,por eso se las guarda mientras que sigue mirando la bala.
Mi concentración se esfuma cuando noto como la mano de el se posa en mi estómago, me aprieta más con el, respiro una vez mas y intento seguir escuchando las palabras de mi padre, alejando por completo la sensación que me invade.
—Por dinero no es, ya que la policía es demasiado rata para eso—dice mientras que se levanta y empieza a caminar a su alrededor, poniéndolo expectante ante su próximo movimiento—por salvarte de la cárcel tampoco, porque ninguno de mis hombres tiene ningún expediente abierto —dice mientras que se pone a su espalda y pone sus manos en sus hombros, hace que salte de la silla pero aún así no se separa de su contacto—asi que si eres tan amable de iluminarme—le dice mientras que vuelve a separarse de el, quitando sus manos de sus hombros para seguir caminando hasta estar otra vez justamente enfrente de el.
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El sacrificio de la reina (+21)
Teen FictionUna chica que luchó tanto para desvincularse de la mafia, que solo ansiaba la paz de las pequeñas cosas de la vida.. Quién le diría a ella que se sacrificaría por las personas que más amaba, que dejaría absolutamente todo para adentrarse en las fila...